viernes, 24 de agosto de 2012


Museo a la altura de Tamayo


Desde dentro o desde fuera la mirada confirma lo evidente: el Museo Tamayo de Arte Contemporáneo se ha transformado tras un año cerrado; ha comenzado su camino hacia posicionarse como el museo mexicano que está a la altura de los grandes recintos del mundo, entre ellos el MoMA, el Guggenheim y la Tate; por eso los 2 mil metros de ampliación, de los cuales 600 fueron para las salas de exhibición, por eso los trabajos de remodelación y el equipamiento tecnológico en el último año.
Hoy, ese museo que en 1981 se inauguró a iniciativa del pintor mexicano Rufino Tamayo es otro, ha crecido en un 30% de su espacio original diseñado por los arquitectos Abraham Zabludovski y Teodoro González de León, justó éste último fue quien ideó que en la ampliación del recinto debería integrarse más al Bosque de Chapultepec. Y así se hizo.
Desde las alturas, una terraza que es extensión de la librería y el restaurante se integra al bosque, lo mismo ocurre con las puertas laterales que llegan desde las áreas verdes hasta la sala educativa donde hay mesas y sillas multicolores y libreros para recibir a los potenciales visitantes al recinto que en esta nueva época espera incrementarlos en un 30 o 40%.
Esa es parte de la nueva cara del museo que reabrirá sus puertas a todo público justo el 26 de agosto cuando se cumplen 113 años del nacimiento de Rufino Tamayo, el artista que está presente en la concepción y la esencia del museo, pero también mediante una retrospectiva integrada por 47 obras -varias de ellas inéditas- que encabezan el programa de seis exposiciones y el mural Homenaje a la Raza India, 1952, de Tamayo.
Además de la ampliación para las salas de exhibición y la sala educativa, abrirán al público el centro de documentación que contiene el archivo relativo a Rufino Tamayo; también las bodegas de arte, las nuevas oficinas y el auditorio con equipo de audio y video de vanguardia.
Esas son las apuestas de Carmen Cuenca, la directora de recinto, quien asegura que han abierto además patios que sirven para exposiciones y “grandes terrazas que nos dejó el maestro Teodoro González de León que integraron al bosque de Chapultepec con el espacio de exposiciones; ahora tenemos mayores entradas como la sala educativa donde puedes llegar desde el Bosque, o en la parte de infraestructura de librería y cafetería donde también está un acceso directo de Chapultepec”.
Museo que aspira alto
El Museo Tamayo de Arte Contemporáneo, que mañana tendrá una ceremonia de reapertura a la que está invitado el presidente Felipe Calderón y el secretario de Educación Pública, alcanza una nueva meta en su historia con está remodelación y ampliación que tuvo una inversión de 84 millones de pesos.
Y es tan emblemática tanto en lo arquitectónico como en el contenido de su programa curatorial que David Cohen, presidente del patronato de la Fundación Olga y Rufino Tamayo, asegura que desde ahora el museo está a la altura de los más importantes museos del mundo tanto en la calidad de las exposiciones como en todos los proyectos curatoriales. “Estamos compitiendo ya a nivel internacional con los grandes museos del mundo como el MoMA, el Guggenheim y la Tate y ahí queremos ver el nombre del Museo Tamayo de Arte Contemporáneo internacional”.
El Museo Tamayo de arte Contemporáneo emprende esa tarea mirando al pasado, por eso una de las exposiciones en sus nuevas salas de exhibición tiene que ver con sus 31 años de historia, denominada Primer acto, una exposición colectiva que reune pasado y presente bajo la curaduría de Andrea Torreblanca.
“Hay muestras históricas, de arte moderno, muestras que traen obras de arte, por eso está la colección dentro de contextos contemporáneos con las que el Tamayo está repensando cómo volverse a insertar dentro de este circuito internacional con una programación que sea para todo público”, señala Torreblanca.
A cada paso dentro del Museo hay la certeza de verlo por primera vez, de mirar lo que ha cambiado, de anotar lo nuevo y descubrir que en las salas hay performances e instalaciones, que abundan las teles y los videos, que entre las reflexiones de los curadores saltan frases como “integración de los espacios”, “imaginario del progreso”, “proyectos arquitectónicos utópicos de la modernidad”.
Ante cada telón que se abre o cada puerta que rechina para pobrar que hay un sentido matemático al mismo tiempo que una traba irracional, está un espacio ampliado, un rostro que plantea espacios para disfrutar y luego reflexionar como el del Modulario, una sala de consulta según el proyecto arquitectónico de Gustavo Lipkau y que es una sala construida con maderas ensambladas.
Hay creaciones distintas, diálogos con el mundo y sin embargo el nuevo programa de seis exposiciones que persigue la misma filosofía con la que el museo fue creado hace 31 años, la de ser un espacio “de diálogo, de confrontación, de sorpresa, de encontrarnos con los diversos sistemas de pensamiento de artistas contemporáneos de todas partes del mundo, que es lo que cabal y puntualmente hemos respetado, un museo donde la institución reconoce la aportación y la persona de Rufino Tamayo, un espacio para el arte moderno y contemporáneo”, como señala Juan Carlos Pereda, quien junto con Adriana Domínguez es el curador de Tamayo Trayectos.
Así es la cara del nuevo Museo Tamayo que abre sus puertas con seis muestras artísticas que nada tienen de narrativas continuas.

Por: Yanet Aguilar Sosa

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