Muchos años atrás trabajé
para una empresa cuyo CEO era conocido por la cantidad de horas que trabajaban
sus empleados. Revisaba quién llegaba temprano y quién se iba tarde; para él,
los que no lo hacían eran unos holgazanes.
¿Cuántos de estos comportamientos son aborrecidos en silencio por los empleados y que probablemente tú no sabes? Te compartimos cinco errores en el liderazgo que son odiados por los trabajadores:
1. Recompensas las cosas incorrectas
Lo que se recompensa se hace; es un cliché de la administración, pero es un punto completamente cierto. En donde enfocas tu atención es en donde tus empleados enfocan la suya. Lo que notas y recompensas es lo que se hace con mayor frecuencia. Por eso es esencial que te enfoques en los resultados, y no seas como el ejecutivo que describí anteriormente que confundía la actividad con los logros.
2. No escuchas
Incluso si tus empleados te hablan de algún problema o situación delicada, es probable que no los escuches realmente. Es muy fácil distraerse y no considerar el asunto. Pero convertirte en un buen oyente es fácil. Cuando un empleado está en tu espacio laboral para hablar, quita las alertas de emails, cierra la puerta y pon tu computadora en modo hibernar. Dale toda tu atención a la persona que está frente a ti. Así sentirá que la valoras y aumentará la calidad de la interacción.
3. No notas lo que tus empleados están haciendo
Brittney era gerente de finanzas en la firma de un cliente. Era agradable y tenía la habilidad para atraer la atención a sus “contribuciones”, aunque muchas de ellas no eran significativas. La mayoría de los empleados odiaban su soberbia, pero también el hecho de que el directivo notaba los esfuerzos de Brittney porque eran fáciles de observar. Y es que muchas veces los líderes no prestan atención a los realmente buenos.
El gran trabajo muchas veces se hace tras bambalinas, fuera de los reflectores. El brillo de la auto promoción no ciega a los grandes emprendedores. Ellos buscan a las personas que hacen un buen trabajo y las destacan. Así que presta atención a las personas que trabajan bien y hazles saber que estás agradecido por ellos. No te dejes absorber por aquellos que todo el tiempo están promoviéndose en lugar de producir resultados.
4. Tu actitud es pésima
Bill es un emprendedor que constantemente se queja de los malos que son sus empleados en el servicio al cliente. Él subestima y reprime hasta sus mejores esfuerzos; y aun así se queja de que su equipo no trate bien a los clientes. La ironía se le escapa.
Las actitudes son contagiosas. Las neuronas espejo se ven afectadas por el humor de aquellos que nos rodean. Los líderes son especialmente influyentes en el humor de las personas en su equipo. No esperes que los demás sean más optimistas que tú o traten mejor a los clientes de lo que los tratas a ellos. Recuerda: tu actitud es contagiosa, por lo que debes fijarte en la manera en la que actúas y trabajas cada día.
5. No puedes mantener la boca cerrada
A un joven emprendedor al que llamábamos Bob le encantaba compartir información confidencial sobre otras personas. En una sesión de cervezas después del trabajo, compartió algo que alguien de recursos humanos le contó sobre un colega que no estaba en la reunión. Lo que dijo de él era bastante desagradable. El empleado, considerado como un miembro productivo y valioso de la empresa, supo sobre la traición y dejó la empresa poco tiempo después.
No pienses que la confianza puede compartimentarse efectivamente. Si eres conocido por ser poco confiable en tu vida personal, pocas personas confiarán en ti en el terreno profesional. Y si la gente no confía en ti no se comprometerá contigo ni con tu negocio.
Pero nadie es un lector de mentes. Si quieres saber por qué tu equipo no está satisfecho, trabaja en construir confianza y en estar abierto a ambas, a las buenas y malas noticias. Pregúntales qué realmente piensan y lo más importante: escucha.
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