jueves, 26 de septiembre de 2013

Las excentricidades de los millonarios

Existen 10 millones de personas ricas en el mundo, una cifra que parece minúscula respecto a los seis mil 700 millones de humanos que hay en todo el planeta. Con esos números, tenemos que sólo 0.15% de la población es millonaria. Cantidad que no resulta ser absurda después de que en 2008 la Universidad de la ONU postulara que cerca del 2% de la población más rica del planeta poseía el 40% de la riqueza global.
Quizás las cifras responden a la forma, a veces estrafalaria, que tienen algunos de gastar el dinero. Y es que algunos poseen tanto que sencillamente no saben qué hacer para gastarlo.

Por ejemplo, el "magnate de las telecomunicaciones" Carlos Slim Helú (el hombre más rico del mundo, según el ránking Forbes 2010) posee una fortuna de 53.5 billones de dólares. ¿Qué harías con esa cantidad de dinero?

Si cuentas con ese efectivo y no se te ocurre cómo gastarlo aquí te presentamos algunas peculiares ideas de lo que hacen algunos de los millonarios y figuras del espectáculo más excéntricos del mundo.

Dennis Tito y su odisea en el espacio

El norteamericano Dennis Tito, un ex ingeniero de la NASA, cumplió el sueño de toda su vida: viajar al espacio.

En abril de 2001, el millonario se convirtió en el primer turista espacial y pagó 20 millones de dólares para ello. Se entrenó varios meses y viajó al espacio durante ocho días con dos astronautas rusos en la cápsula Soyuz. 

Paris Hilton y su amor por lo animales

La cantante, actriz y empresaria es símbolo del despilfarro. Hilton gastó una millonaria suma de efectivo para comprar un trozo de tierra junto al nicho de Marilyn Monroe, con el objetivo de enterrar a su cabra.

El Wurlitzer de Jasper Sanfilippo 

El empresario, amante de los instrumentos musicales, hizo construir el órgano de tubos Wurlitzer más grande del mundo en su propio hogar.

El magnífico instrumento, que habría costado dos millones de dólares, tiene ocho mil tubos, mientras que el órgano que le sigue en tamaño, ubicado en Radio City de Nueva York, ostenta sólo cuatro mil 500. 

Duffield y su mansión canina

David Duffield, dueño de una empresa de computación de Sillicon Valley, gastó siete millones de dólares en construir una mansión para sus mascotas.

La mega construcción incluye departamentos con paredes de vidrio para los perros, alfombras y televisores gigantes. 

El millonario del Chelsea

Roman Abramovich es un fiel ejemplo de los millonarios que aman el deporte. El empresario petrolero utilizó 217 millones de dólares, de su fortuna total de ocho mil 300 millones, para comprar el club inglés Chelsea al que tranformó en uno de los más importantes del mundo.

Obsesión por las mansiones


El autor de la famosa serie Dinastía, Aaron Spelling, fue conocido en el mundo por su afición a las mansiones. Su inmensa residencia tenía 123 habitaciones, una pista de patinaje sobre hielo y un jardín de rosas en el techo de su garage.

Los hoteles, las mayores víctimas

Los administradores de los hoteles más lujosos del mundo están acostumbrados a las insólitas solicitudes de algunos millonarios y muchos han tenido que lidiar con aquellas peticiones.

En el Ritz Carlton de Cancún, un cliente solicitó ver películas en la playa privada que queda frente al hotel, pero no le gustaba la arena en sus pies por lo que los conserjes debieron alfombrar todo el camino hacia la playa.

Otro huésped en el Sagamore Resort de Lake George de Nueva York, recibía poca señal en su móvil, así que decidió solicitar la instalación de una torre de telefonía móvil.

Los trabajadores del Hotel Adlon Kempinski de Berlín siempre recordarán a una familia que se dio cuenta que la hija menor había olvidado su conejito de peluche en casa y no podía dormir sin él. Por ello, solicitaron que un mayordomo manejara cinco horas hasta Hanover para recuperar el preciado juguete.

¿Qué opinas de las ideas de estos famosos? ¿Te atreverías a cometer estas locuras?

No hay comentarios:

Publicar un comentario