viernes, 4 de abril de 2014

Cómo tener una conversación tranquila en el trabajo


Se recomienda utilizar una introducción suave, no ir directamente al punto del conflicto y otorgar a la persona la oportunidad de prepararse para un momento potencialmente embarazoso. Hay que decirle que necesitan hablarle de algo difícil. La mayoría de las personas se sienten tan incómodas al tener que oficiar de emisores del mensaje (señalar malos hábitos o costumbres) como al tener que recibirlo.
Tampoco hay que caer en la tentación de magnificar las cosas o deslindar la responsabilidad en la situación. Esto únicamente servirá para que la incomodidad de la situación sea mayor y la solución más dificultosa.
La mejor conversación es directa y simple, sin rodeos. Por ejemplo: "he venido a hablarte porque esto es algo que hay que  aprender a controlar si quieres tener un paso exitoso por nuestra organización".
Decirle al interlocutor que el impacto de cambiar su conducta tendrá un impacto altamente positivo. Por el contrario, al elegir no hacer nada podría poner en riesgo su carrera y su empleo.
Es importante también alcanzar un acuerdo sobre lo que esta persona hará para cambiar su comportamiento. Establecer una fecha de inicio (mañana mismo, tal vez) no estará mal en algunos casos. Establece asimismo una agenda para revisar el progreso según las opiniones de otros trabajadores.
otra opción es realizar un seguimiento. El hecho de que el problema exista significa que los errores son posibles. Asimismo, también podrían ser necesarias mayores aclaraciones. En consecuencia, más conversaciones y más acciones disciplinarias pueden ser los pasos a seguir en un futuro cercano.

 Definitivamente, se puedes convertir en una persona eficiente para mantener y llevar adelante conversaciones difíciles. 

Estos pasos y la práctica ayudarán a construir los niveles de confianza y comodidad necesarios para hacerlo en forma efectiva.

Después de todo, una conversación difícil puede hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso de un empleado valioso. Por lo tanto, hay que preocuparse por mantener y llevar a buen lubar estas difíciles conversaciones. 

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