La forma en cómo nos comunicamos y los mensajes verbales que damos a
los demás son fundamentales para generar empatía, lograr nuestros
objetivos y poder establecer un diálogo enriquecedor y productivo. Suele
pasar que nuestras palabras tienen absoluta influencia en cómo la gente
en nuestro trabajo nos percibe y nos valora.
A continuación 5 frases que debes evitar, tanto de tu lenguaje como de tu mente:
Ese no es mi trabajo
Aún cuando sabemos que
dentro de nuestro trabajo tenemos asignadas ciertas funciones, roles y
responsabilidades, deberíamos de visualizar nuestro espectro de
colaboración de forma mucho más amplia para comprender que nuestro
trabajo impacta directa o indirectamente el objetivo general de la
empresa. Quizá no es tu trabajo, no es tu responsabilidad, ni
te pagan por hacer eso, pero mostrar una actitud proactiva, empática,
amable y buscando el bienestar de la empresa te posicionará
positivamente dentro de la misma.
No tengo tiempo
Si bien es cierto, debemos de
seleccionar a qué actividades dedicamos más o menos tiempo, siempre hay
alguna forma de atender las solicitudes o requerimientos cuando alguien
así lo solicita. Quizá podemos optimizarlo evitando hacer reuniones o
juntas, pero de alguna u otra forma debemos de buscar un espacio de
tiempo y no negarnos a otorgarlo. Si alguien cree que es importante
comunicarse contigo no hagas sentir a esa persona poco importante.
El flojo
Asignar etiquetas o apodos haciendo
relación a características negativas sobre el desempeño de tus
compañeros como: el flojo, el vago, el Godínez, el intenso, etc. puede
ser gracioso en un inicio pero limitar sin duda tus posibilidades de
crecimiento y credibilidad dentro de dicha empresa, mostrándote como una
persona con inmadurez profesional. Igualmente se debe evitar en exceso
utilizar frases o palabras “cariñosas” tales como: mi amor, flaquita,
corazón, etc.
Voy a hacer mi mayor esfuerzo, pero lo veo complicado
Tu trabajo exige que pongas el 100% de esfuerzo en todo lo que se te
asigna. Hacer comentarios haciendo relación a lo mucho que te costará
lograrlo limita en cierta forma la percepción que otros puedan tener de
tu capacidad. Si te comprometes a hacer algo queda implícito que lo
harás de la mejor manera y lograrás el resultado final, si crees que
esto no es posible vale aclararlo de una forma más directa y honesta.
No me contesta
Es muy común traspasar la
responsabilidad a otra persona con argumentos tales como: “No contesta
mis llamadas”, “ya le envié un correo pero no he recibido respuesta”,
esto es comprensible si el correo lo enviaste ayer o la llamada la
hiciste hoy por la mañana. Lo que no es justificable es que pase un
tiempo considerable y que utilices esas frases como excusa para no
atender el tema. Recuerda tu trabajo implica involucramiento, compromiso
y responsabilidad por lo que escudarse con estas frases puede ser muy
perjudicial.
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