domingo, 18 de noviembre de 2012

Cómo superar la carga emocional de emprender


Por qué delegar funciones en tu empresa
En México, 65% de las nuevas empresas desaparece antes de cumplir dos años de operaciones; de esta cifra, 66% fracasa por falta de capacitación adecuada y oportuna. 
Este dato, publicado por Isaías Morales Nájar en el documento Las Pymes en México, entre la creación fallida y la destrucción creadora, resulta por demás revelador, incluso aterrador. 

No basta tener buenas ideas, sino que se requiere de una preparación en áreas clave como administración, mercadotecnia y ventas; pero fundamentalmente, una firmeza moral y emocional. Y para dar el primer paso en esta carrera de resistencia, hay que considerar igual de importante una preparación personal sentimental, intelectual y familiar, para enfrentar los retos que trae consigo ir más allá de tener un negocio.

Iris Sánchez, fundadora y directora general de los centros de cuidado personal Novalaser, vivió el proceso de empleada a emprendedora y, posteriormente, de emprendedora a empresaria. “Tenía un puesto con mucha proyección en un gran corporativo; sin embargo, vi cómo cada vez se empleaba gente más joven dispuesta a hacer lo que fuera por poco dinero y yo no quise ese tipo de situaciones en mi futuro”, recuerda.

Luego de mucho meditar, la joven renunció a ese trabajo de ensueño en 2005 y casi de inmediato aparecieron los primeros detractores. “Las críticas más fuertes vinieron de mis amigos, les costaba mucho entender por qué le daba la espalda a un gran empleo por ‘una tiendita’. A eso súmale las historias de fracaso”, comparte Iris.

Cómo cambiar de actitud

El primer análisis personal debe aparecer desde la época de emprendimiento. “Ser desempleado no significa estar desocupado”, advierte Ricardo Shahin, coach y director general de CIR México, consultora en estudios de satisfacción del cliente y programas de lealtad. Y, a decir del experto, éste es uno de los principales retos del exterior que debe enfrentar el emprendedor.

Pero cuando se trata de él mismo, Rigoberto Acosta, coach y director general de Coach Latinoamérica, detecta tres principales errores al dejarse llevar por las emociones:

  • Mala actitud. El emprendedor se siente pequeño, sus acciones son de corto alcance y carece de una certidumbre acerca del futuro de su negocio.
  • No hay disciplina ni enfoque. Si el dueño es desordenado, los resultados serán pobres.
  • No hay inversión en entrenamiento para el empresario. El dueño debe prepararse si quiere hacer crecer su negocio.


La experiencia de lidiar con tantos emprendedores le ha permitido a Acosta detectar estas situaciones. Iris por ejemplo, tras la renuncia, vio que había cometido un error: fue ingenua. A pesar de que tenía estudios en sistemas computacionales y experiencia laboral, carecía de una preparación profesional para emprender. Esto la llevó a buscar capacitación en la incubadora de negocios del Tecnológico de Monterrey.

“Ahí me di cuenta de que no estaba sola, que la mayoría de los emprendedores tenemos que lidiar con los mismos problemas profesionales y personales”, relata. Y así, a finales de 2005 concluyó el año con dos sucursales propias de Novalaser. 

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