La
recomendación es redactar un plan donde el empleado plasme dónde se encuentra,
hacía qué punto busca avanzar, así como pasos y herramientas para cumplir el
propósito laboral. Ese programa de acción debe estar a la vista para valorar
los avances y hacer ajustes.
Un
punto de partida es fijar un espacio para hablar con el jefe y el equipo a fin
de recibir retroalimentación sobre tu desempeño y mencionar aspiraciones
profesionales. La parte de capacitación es un paso estratégico para manifestar
tu interés de crecimiento a nivel laboral y de preparación profesional.
Estas
son 13 propuestas que pueden conformar tu lista de deseos:
1. Analiza el escenario profesional. Pregúntate si tu trabajo permite explotar tus
habilidades y pasiones, así como si el salario es proporcional a las
responsabilidades. Tras hacer un análisis profundo de estos puntos, determina
si te encuentras en el lugar adecuado. Si el trabajo actual no cubre tus
expectativas esto deberá ser el foco para establecer los puntos a trabajar para
encontrar otra oferta.
2. Analiza tus habilidades y
conocimientos. Este ejercicio ayuda a
evitar que tu carrera profesional se estanque por falta de preparación, no
caigas en el error de creer que la simple experiencia adquirida será la que
podrá catapultar tu desarrollo laboral. Puedes empezar por establecer un FODA,
es decir, escribir tus Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas. Esto
es un mapa inicial para detectar que habilidades puedes explotar y qué aspectos
limitan tu desarrollo. Enlista en qué proyectos te sientes más o menos
capacitado para participar.
3. Enumera resultados. Enlista tus logros en 2012 y cuantifica con el mayor
detalle posible. ¿Qué tan rápido concluiste un proyecto?, ¿cuánto trabajo
realizaste con menos personal?, ¿en qué porcentaje contribuiste a incrementar
los números de la empresa? Esta información puede ser útil a corto plazo para
evaluar tu de desempeño, solicitar un aumento de sueldo, ascenso, o cambio de
área, explica Kahn.
4. ¿Qué más puedes dar? Una vez que tengas un panorama laboral, analiza cómo dar
un extra en el desempeño, si tu trabajo actual lo permite, o si debes dar este
paso para laborar en otro lugar.
Si
la meta es contratarte con otro empleador, revisar los sitios de Internet de
forma esporádica no es lo mejor. La búsqueda laboral debe ser tu trabajo
diario. Cambiar tu forma de moverte en lo profesional requiere un cambio en la
forma de organizarte.
5. Refuerza la red. La temporada de fiestas es la excusa perfecta para
mandar correos de agradecimiento. Considera redactar algunos correos con
felicitaciones de año nuevo para quienes han apoyado o puedan respaldar tu
crecimiento profesional, expone Ryan Kahn. Actualiza tu red de conocidos para
cubrir huecos de información.
6. Sé un internauta proactivo. Además de actualizar tu información en redes sociales
profesionales (como LinkedIn, Viadeo) ponte como meta ser una referencia de tu
profesión, es decir, que otros acudan a ti por los artículos, ligas y noticias
que publicas. Quizá no puedas hacer esta actividad diario, pero date un tiempo
una o dos veces a la semana. Es una forma de permanecer vigente en tu medio. Si
se trata de actualizar aprovecha para renovar tarjetas y cartas de
presentación, y cualquier otro documento vinculado a tu imagen profesional.
7. Renueva el currículo. Aunque no tengas en mente cambiar de empleo, es
importante tener este documento vigente. Anexa nuevas funciones, resultados,
capacitación adquirida, avance en algún idioma o programa. Páginas como
visualiza.me permiten establecer tu experiencia con gráficos.
8. Sé puntual. No sólo en lo relacionado a tus entregas, o llegar a
tiempo al trabajo, ponte como meta ser más "selectivo" y menos
"abarcador". Un problema frecuente es no saber decir "no",
expresa la psicóloga por la UNAM y orientadora vocacional, Leticia Pérez
Martínez. Esta conducta guarda relación con el escenario laboral actual:
"cómo decir no a más trabajo, si los empleos escasean", explica.
Aquí
hay otro ejemplo de selectividad: si quieres contratarte en una empresa
diferente, enlista los empleadores, personas y hasta sitios web en donde
colocarás el CV. Enfócate en ello en vez de tomar cuanta oferta salga, pues eso
implica escoger trabajos en la inercia.
9. Toma la iniciativa. Dejar que la empresa diseñe tu programa de capacitación
resulta natural y tentador, la mayor inversión corre a cargo de ellos. No en
todas las organizaciones se cuenta con este modelo de trabajo, o se incluyen
entrenamientos exclusivos de las funciones que realizas. Si careces de este
apoyo o quieres un curso diferente, ponlo en la lista, no esperes que alguien
más se encargue de dar vigencia a tu perfil laboral. Alinea la elección a tus
metas profesionales, puedes empezar con un taller corto, clases de idiomas o
aplicar a becas para ofertas de capacitación de mayor costo.
10. Cierra ciclos. No sólo en materia personal, este año puedes ocuparlo
para concluir trámites que frenen tu desarrollo en el trabajo, como titularte,
certificar tus conocimientos de un idioma o alguna destreza técnica, entre
otros. Quizá no te negarán un empleo por no hablar bien inglés, pero si lo
haces, tienes una ventaja frente a otros candidatos y una herramienta para
negociar con los jefes.
11. Redacta 5 preguntas importantes.¿Qué conocimiento me falta? ¿cómo me llevó con las
personas claves en la organización? ¿cómo es mi relación con el equipo, me
apoyarían? ¿de qué manera vendo mi talento? ¿cómo estoy en idiomas? Este
ejercicio no busca avivar la ansiedad del empleado, sino "que tome
consciencia sobre lo que necesita para hacer sus cambios", comenta Leticia
Pérez.
12. Conoce tu entorno. Negociar un salario, contratarse o hasta pedir una prestación
implica conocer cómo se "mueven" estos conceptos en la industria en
que laboras. Busca información sobre determinados indicadores en tu área, por
ejemplo ¿cómo es la remuneración para tu puesto, en otra empresa? ¿qué tipo de
competencia y conocimientos buscan en tu área? ¿qué ex compañeros te puede
ayudar? Tener una radiografía de lo que sucede en tu sector representa una
ventaja.
13. Sé un buen escucha. Comienza el año solicitando retroalimentación sobre tu
desempeño: a tu jefe, compañeros de trabajo, en foros donde puedas exponer
dudas sobre la manera en que te conduces en lo laboral. Con la información
recabada, determina si exista otra manera de tener mayor eficiencia en lo que
haces.
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