martes, 5 de febrero de 2013

8 errores al obtener un crédito

Para un gran número de emprendedores, obtener financiamiento puede significar la diferencia entre tener un negocio próspero o formar parte de las estadísticas que indican que sólo una de cada 10 empresas nuevas que se crean sobrevive a los primeros cinco años de operación, según datos de la Secretaría de Economía (SE).
Sin embargo, la mala administración de los recursos también puede provocar que el negocio se venga abajo. De acuerdo con un estudio de la Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), el 43% de las empresas fracasa por esta razón y sólo dos de cada 10 empresarios están capacitados para administrar su propio negocio.
Por eso, si ya conseguiste los recursos que necesitas para llevar a tu empresa al siguiente nivel, es clave que aprendas a manejarlos. Aquí te presentamos los ocho errores que se suelen cometer una vez que se obtiene un crédito, para que tomes nota de cómo evitarlos.

1. Mezclar el crédito personal con el empresarial

Los préstamos personales pueden ayudarte sólo hasta cierto punto y tarde o temprano tu negocio sobrepasará los recursos financieros asociados con tus activos, lo que disminuirá su estabilidad financiera.

Solución: opta por los créditos empresariales. Recuerda que tu empresa necesita desarrollar un historial financiero fuerte para asegurar préstamos más grandes y complejos en el futuro. Además, como afirma Pedro Piza, profesor en Contabilidad y Finanzas del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), estos créditos tienen mejores condiciones con tasas que pueden ir del 8 al 12%, contra las de uno personal que manejan porcentajes del 45 al 50% anuales.

2. Tener el crédito incorrecto

Las empresas suelen tomar las líneas de los bancos para hacer remodelaciones, comprar equipo, etc. Pero, como explica Víctor Calderón, socio director de ArCcanto –consultora especializada en créditos para Pymes–, éstas se deben usar exclusivamente para necesidades de corto plazo como inventarios, cuentas por cobrar, nómina, etc. porque si no, podrían convertirse en una deuda impagable.

Solución: la clave para saber qué crédito utilizar dependerá de qué vas a financiar. La regla de oro es que el plazo del financiamiento siempre debe ser mayor al periodo de recuperación de la inversión del proyecto. Así, si vas a comprar una máquina, debes considerar que recuperará su costo de tres a cinco años (dependiendo el giro). Es decir, que necesitas un crédito mínimo a tres años, explica Calderón.

También es bueno acercarse a un especialista o asesor financiero externo para determinar qué tipo de crédito te conviene.

 3. Usar el crédito para un destino diferente al que lo habías solicitado

Ya sea por una emergencia, imprevistos o necesidades más inmediatas, en ocasiones los emprendedores utilizan el dinero prestado para cubrir otros aspectos del negocio o su vida personal.

Solución: utiliza los recursos para generar utilidades, crear valor y sentar las bases para un negocio exitoso en el largo plazo. Por eso, siempre debes mantener el control y previsión sobre lo que tu empresa necesitará en seis meses o un año. De lo contrario, la deuda crecerá y podrías pasar años pagando sólo intereses y sin cubrir el capital.

 4. No pagar a tiempo

Olvidos, bajas ventas, crisis, eventos desafortunados u otras deudas. Sea cual sea la razón, la realidad es que cada vez que dejas de pagar a tiempo aumenta tu deuda, lo que podría traer registros negativos en tu historial crediticio.

Solución: adopta prácticas de administración responsable, que incluyen desde conocer cuál es el ciclo operativo de la empresa (para saber cuánto tiempo necesitas financiar) hasta cumplir con tus obligaciones fiscales. Así sabrás hasta cuánto te puedes endeudar y cuál es tu capacidad de pago.

Y por supuesto, también paga incluso antes de la fecha límite a proveedores, Seguro Social, Hacienda, etc. para mantener una buena reputación como empresa.

5. No saber lo que realmente te están cobrando

No se trata sólo de conocer el monto que te prestan y la tasa de interés, sino cuál es la comisión por apertura, si se cobran intereses sobre saldos insolutos, si debes cubrir seguros y notarios (en caso de que pidan garantías sobre bienes), entre otros, para hacer el cálculo efectivo de cuánto tendrás que pagar en total.
Solución: pregunta al ejecutivo de cuenta o gerente de la institución cuál es el monto mensual que debes pagar de manera desglosada, así como la tasa equivalente, la tasa moratoria y demás pagos que corren por tu cuenta como cliente.
Si descubres que los pagos te sobrepasan, intenta reestructurar la deuda antes de que te cause problemas con el Buró de Crédito.

6. Ignorar la moneda

“Tener un crédito en una moneda diferente a la que tú facturas puede ser desastroso”, sentencia Calderón. El riesgo está en que ante cualquier variación en el tipo de cambio (en pesos, dólares o euros), la deuda podría aumentar y llevar a la empresa al cierre de operaciones.
Solución: si tu crédito es de corto plazo o por un monto menor a $20 millones, unifica el crédito en la moneda en la que facturas para protegerte. Si es de largo plazo o supera ese monto, contrata una cobertura con la misma institución. Aunque resulta más cara, congelará las tasas para mitigar el riesgo cambiario, asegura Piza.


7. No usar el crédito

Tus recursos están detenidos porque no sabes cómo usarlos (pero los sigues pagando).
Solución: Calderón sugiere averiguar qué descuento ofrecen tus proveedores por pronto pago y saldar tu cuenta de contado utilizando tu préstamo. También puedes invertirlos en alguna innovación o en hacer más productiva la empresa, por ejemplo, con publicidad o una nueva línea de producto; siempre y cuando el costo-beneficio resulte en flujos positivos.

 8. Seguir pagando sin que lo necesites

Ya cumpliste con tus objetivos e incluso estás viendo utilidades, pero te sobró algo de dinero y continúas haciendo los pagos correspondientes.
Solución: no alargues más la deuda y liquida el crédito cuanto antes. Ojo: siempre pide un préstamo que no tenga penalización por prepago.

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