Los emprendedores que no
están familiarizados con la práctica de establecer contactos para obtener
referencias, a veces pierden de vista que éste es el medio, y no la finalidad,
que se busca al participar en estas actividades de promoción. Incluso, en un
intento desesperado por generar nuevos negocios, suelen asistir a tres, cuatro
y hasta cinco eventos en una semana.
El problema es que se
preocupan tanto por entrar en contacto con gente distinta que nunca tienen
tiempo de darle seguimiento y cultivar esas relaciones. Entonces, ¿cómo esperan
generar nuevos negocios con alguien a quien apenas acaban de conocer? Por eso,
no es de extrañarse el hecho de escuchar frases, como “siempre estoy haciendo
contactos, pero rara vez logro concretar algo”.
Si bien es cierto que
conocer personas es parte integral para establecer contactos, es básico tener
presente desde el principio cuál es el objetivo que se persigue. Y la respuesta
es sencilla: desarrollar una buena comunicación profesional con individuos quienes,
con el tiempo, profundizarán en una relación de confianza. Así, en un momento
dado, este esfuerzo ofrecerá beneficios mutuos y posibilitará el intercambio de
referencias.
De ahí que cuando saludes
por primera vez a un prospecto de socio, cliente o aliado, concéntrate en la
relación potencial que podrías concretar. En esta etapa no debes vender tu
producto o servicio o promover tu empresa. Recuerda que estás ahí para conocer
a una nueva persona. Esto no significa que no puedas presentarle una propuesta
formal, aunque para ello debe darse un acercamiento distinto.
Hacer contactos no es
cuestión sólo de cerrar tratos. Más bien se trata de crear relaciones en las
que se puedan concretar acuerdos para generar futuros negocios. Una vez que
comprendes todo esto y lo pones en práctica, notarás que se presentarán una
serie de situaciones positivas para tu empresa.
Si quieres alcanzar estos
beneficios, primero tienes que destacar entre la multitud. A menudo, los
emprendedores se cuestionan sobre cómo pueden hacer negocios en un evento en
donde se encuentran otros individuos que persiguen la misma finalidad. La
solución es simple: hay que ser diferente. Una alternativa efectiva para
conseguirlo es plantear preguntas inteligentes y tomarte el tiempo necesario para
escuchar las respuestas.
Una “buena” pregunta es
aquella que logra que las personas hablen de sí mismas mientras te ayuda a
entender a qué se dedican. Esto también te quita de encima la responsabilidad
de mantener viva la conversación. Este tipo de técnicas son clave para los
agentes hipotecarios, de bienes raíces, financieros y de seguros, así como para
otros profesionales que se desenvuelven en industrias altamente competitivas.
No olvides que si inicias
una relación de forma desinteresada, superarás por completo a todos tus
competidores. De esta manera, cuando llames a tus contactos de nuevo, lo más
seguro es que se acordarán de ti y tendrán ganas de reunirse contigo otra vez.
Sé
más efectivo
Con todo lo anterior en
mente, toma en cuenta los siguientes pasos específicos que debes ejecutar a fin
de concretar más negocios a partir de tu próximo evento.
Limita
el número de contactos. Aquí lo más importante es la calidad.
Esto implica desde el tipo de persona, la relevancia de su actividad para tu
compañía e intereses en común, hasta qué tan buena conexión estableciste con
dicho individuo. En una reunión típica, quizá entre cinco y diez prospectos sea
todo el universo que puedas manejar. A primera vista no parecen muchos, pero es
más que suficiente si se trata de la gente correcta.
Intercambia
ideas. Dedica de cinco a 10 minutos para hablar y escuchar a
cada persona. Después, pídele su tarjeta y asegúrate de darle seguimiento a
cada caso después del encuentro. En este punto es donde el trabajo exhaustivo
se lleva a cabo. Ojo: hasta ahora el objetivo es preparar el terreno para
cosechar futuros negocios.
Toma
notas. Para ello, puedes utilizar la parte de atrás de las
tarjetas de presentación que te den o bien, una libreta. La información y datos
que debes anotar son: la fecha y el nombre del evento en el que se conocieron,
puntos clave de la conversación y cualquier otra cosa que llame tu atención.
Esto te servirá de guía y referencia para cuando más adelante tengas un segundo
contacto con el prospecto.
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