Pasas mucho tiempo reclutando y capacitando
a tus empleados. ¿Pero los estás volviendo locos sin siquiera darte cuenta? Es
posible.
Muy pocas personas te dirían si tienes mal
aliento, los integrantes de la compañía generalmente no están dispuestos a
destacar tus errores en el estilo de dirigir equipos, así que autoevalúate y
descubre si tienes estos comportamientos negativos.
1. Decir una cosa y hacer
otra
Si llamaste la atención a alguien este año porque las ganancias de la empresa
están por los suelos, no llegues manejando un nuevo auto último modelo dos
semanas después. A pesar de que hayas conseguido un excelente trato o una tasa de
interés preferencial, o haya sido un regalo de tu esposa, no estás actuando
como les pides a los demás que lo hagan.
Como jefe eres un modelo a seguir y para impulsar ciertos comportamientos, tú
debes ser el primero en cumplirlos. Si pides a tu equipo que sea puntual, no te
aparezcas a las 10 cuando la hora de la entrada a las 9. Este tipo de actitudes
hacen que tus empleados te pierdan el respeto y la confianza.
2. Ser súper tacaño
Una cosa es tener un método para comprar suministros de manera que se reduzcan
los costos, y otra totalmente distinta es negarte a invertir en el equipo o
capacitación que las personas de tu empresa necesitan para ser efectivos. Si tu
impresora está cubierta de cinta adhesiva o si tus servidores constantemente se
caen porque tienes un mal proveedor, necesitas revisar cómo gastas el dinero en
tu empresa.
3. Micromanaging
Si contrataste a personas talentosas con la intención
de que trabajen para ti y las entrenaste propiamente, entonces déjalas hacer su
trabajo. Corrige problemas de desempeño brindándoles un mejor entrenamiento. Si
los resultados y la eficiencia son aceptables, debes dejarlos en paz para que
hagan su trabajo. La próxima vez que te sientas tentado a decirle a alguien “lo
estás haciendo mal”, pregúntate si realmente es necesario. Si no lo es, toma un
respiro profundo y sigue adelante.
4. Esperar que todos sean
como tú
Las personas diferentes generan ideas nuevas para tu negocio, pero sólo si las
dejas hacerlo. Quizá podrías pensar que un ambiente abierto es excelente para
la colaboración, pero algunos empleados podrían trabajar mejor en un escenario
más privado. Respeta las personalidades y preferencias distintas en tus empleados
y entiende qué es lo que necesitan para dar lo mejor de sí.
Evalúa tus comportamientos ante los
empleados, si te identificas con algunos de los puntos anteriores es hora de
modificar tu estrategia y lograr un buen ambiente laboral.
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