Una
de las relaciones más importantes que se establecen en el entorno laboral son
las de los empleados con sus superiores. Relaciones que pueden generar el
ambiente y la motivación necesaria para el desempeño positivo del trabajo.
Pero
no en todas las empresas esta relación es igual. La aparición de nuevas
tecnologías ha generado cierto “distanciamiento” entre jefes y empleados. La
mensajería online, los conocidos e-mails han cambiado la manera de relacionarse
en el entorno laboral. Los mensajes escritos son una “epidemia y un peligro”.
Pueden llegar a ser un riesgo porque el chat o el e-mail han ido sustituyendo
la comunicación oral, el cara a cara, provocando relaciones personales más
superficiales y una dinámica laboral carentes de entusiasmo.
En
relación con las nuevas tecnologías y el cerebro, las “neuronas-espejo”,
responsables de captar las emociones que intervienen en el trabajo entre otros
hechos, nos hacen patente que el ‘cara a cara’ y el contacto humano no se
puede cambiar en su totalidad por la tecnología, porque disminuiría
nuestra atención.
Tanto cuando hablamos por
teléfono como cuando nos conectamos por una videoconferencia, manejamos sólo
una parte de nuestro potencial comunicativo, por lo que es aconsejable
que los miembros de un equipo mantengan el contacto personal y se reúnan,
como mínimo, una vez al mes.
Recomendamos
a los jefes que hay que salir del despacho, levantarse de la
silla y transmitir
con la voz los problemas, los sentimientos, las quejas o las recomendaciones sin
más retardo.
Podemos
distinguir tres tipos de directivos:
Francotiradores: Envía correos electrónicos en vez
de hablar
Los
que exceden en querer ser el centro de todo: Provoca angustia más que entusiasmo
Los
que manejan el arte de la conversación: Buenos argumentos que saben contagiar la confianza y
la alegría de un proyecto.
En
resumen, el respeto es una de las claves para una relación exitosa. Otro
elemento es la buena comunicación, pues la falta de ella puede deteriorar a
largo plazo la relación. Papel destacado tiene la confianza, la cual se puede
desarrollar manteniendo la confidencialidad sobre cualquier información
sensible.
No
hay que olvidar que una atmósfera tranquila beneficia a todos, tanto jefes como
empleados.
La relación entre un trabajador y su jefe debe ser amistosa y cordial, que invite a la confianza sin profundizar; ya que se debe recordar que el jefe tiene una herramienta muy poderoza en contra de nosotros: poder.
ResponderEliminarAnte esto es necesario que la cortesía se haga presente al igual que la cordialidad. A un superior se le debe hablar directo y respetuosamente, por más "amistad" que se crea tener, ya que de lo contrario a futuro no se sabrá diferenciar el vinculo trabajo vrs amistad.
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