Los empleados de oficina, algunas veces sobrepasan los límites de lo casual. La pregunta es, ¿dónde está el límite? Los jeans lavados con ácido (con agujeros), los pants para yoga y las camisetas sin mangas simplemente no tienen cabida en la oficina.
No es que todo el mundo tenga que volver a los viejos tiempos de usar traje y corbata todo el tiempo, pero tampoco ayuda a las perspectivas de carrera de una persona si luce como si acabara de
salir de la cama.
Algunos oficinistas defienden usar todo tipo de ropa rara y descuidada con el argumento, en primer lugar, que si su trabajo es realmente de primera categoría, no importa lo que usen, siguen siendo estrellas. Y en segundo lugar, que si Mark Zuckerberg puede aparecer en el piso de la Bolsa de Valores de Nueva York para la oferta pública inicial de Facebook con jeans y una sudadera con capucha, eso demuestra que ya no existen más las reglas sobre la vestimenta.
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