Cada organización está conformada por varios
equipos de trabajo o áreas, cada una de estas mantiene una tarea específica y
objetivos concretos que ayudarán a fortalecer y a concretar un bien común: el
crecimiento de la empresa.
Sin embargo, cada equipo laboral está
conformado por cierto número de “personas” que, de manera individual, buscan
desarrollar su potencial profesional y enriquecer su calidad de vida, si estos individuos
no se encuentran bien en el ambiente laboral o si sus objetivos profesionales
se ven truncados, uno de los riesgos que corre la empresa es la baja
productividad del individuo y, por ende, malos resultados en su área que
podrían afectar no solo en la productividad de la empresa, sino en la calidad
del producto y en el ambiente laboral.
¿Cómo podremos lograr mayor efectividad por
parte de los trabajadores?
David es un trabajador promedio de una empresa
dedicada a la maquila de telas en el Distrito Federal, su horario de trabajo
varía entre 8 y 10 horas diarias, tiene media hora de comida y la única
prestación con la que cuenta es su aguinaldo, no cuenta con protección ante
accidentes laborales y sus oportunidades de crecimiento son casi nulas. David
le cuesta a la empresa 5,500 pesos mensuales de los cuales solo trabaja, de
manera efectiva, 2,200 pesos, lo que representa el 40% de su capacidad
productiva, dejando a la empresa pérdidas de 3,300 pesos al mes, lo que se
convierte en 39,600 pesos anuales.
Aunque esta cantidad podría parecer
insignificante para una empresa de gran tamaño, tan solo en el lugar de trabajo
de David hay alrededor de 800 trabajadores que se encuentran laborando en las mismas
condiciones, lo que significa que la pérdida anual de la empresa es de 31
millones 680,000 pesos.
¿Cómo podríamos evitar pérdidas?
Hay tres puntos en los que los directivos y
dueños de las empresas deberían de empezar a trabajar para que sus
colaboradores se sientan más satisfechos en sus lugares de trabajo y esto
propicie mejores resultados en su productividad.
- Enfoque de tus colaboradores: Es importante saber quién es tu colaborador, qué es lo que hace y si está realizando su trabajo bajo las expectativas por las que fue contratado.
- Reconocimiento: Si tu trabajador hace bien su labor, de vez en cuando dile lo valioso que es para tu empresa. La era del “si para eso les pago” se ha terminado, ahora es necesario que los directivos reconozcan la labor de cada una de las partes del rompecabezas.
- Feedback: Encontrar la forma de retroalimentar la relación jefe-empleado es necesaria para el buen funcionamiento en equipo.
Es importante que los actuales y próximos
directivos creen una cultura de beneficio a sus colaboradores pues “para toda
acción, hay una reacción”, y en el caso de las empresas, puede ser benéfica
para ellas.
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