La mayoría de los profesionales que consideran iniciar su propio
negocio temen este cambio. Tener un negocio propio implica una gran
cantidad de trabajo y de aceptación de que las aguas serán turbias en el
camino. Debes tener la voluntad de esquivar las olas y seguir
avanzando.
Si piensas que estás listo para dar este salto, hazte estas seis preguntas:
¿Crees que todo es posible?
Si
no lo crees, no renuncies a tu empleo e invierte más tiempo en cambiar
tu mentalidad. Los dueños de negocios necesitan tener una creencia
sólida en lo que hacen y creer que lo imposible puede ser real. Siempre
habrá obstáculos en el camino; cuando una duda se te presente y ponga a
prueba tu compromiso, debes creer para salir adelante. Si tiendes a ver
el lado negativo de las cosas o te das por vencido fácilmente, entonces
no estás listo para embarcarte en la aventura de crear tu propia
empresa.
¿Crees que eres capaz?
Si no lo crees, nadie más lo hará, incluyendo los clientes e inversionistas.
Creer en lo que haces y en que eres capaz de ejecutarlo son los
ingredientes clave para vender tu negocio. Si careces de estas
creencias, busca en lo más profundo si la desconfianza es en el negocio o
en ti. En cualquier caso, trabaja en fortalecer esa creencia.
¿Cuál es tu propósito?
Si
tu razón para emprender es únicamente el ser tu jefe o porque piensas
que ganarás mucho dinero, te estás dirigiendo al fracaso. Es imperativo
que los emprendedores tengan un propósito que vaya más allá de sí
mismos. Claramente tu negocio también debe servirte, pero ésa no es una
buena razón para emprender.
¿Qué tan bien reconoces cuando necesitas ayuda?
No
importa qué tan inteligente seas o cuánta voluntad tengas en algún
punto de tu carrera necesitarás la ayuda de los demás. Ya sea al
reconocer que requieres contratar a un asistente o a un encargado de
marketing, darte cuenta que necesitas ayuda y pedirla es vital para el
éxito. Eres una sola persona y el día sólo tiene 24 horas. Delegar no es
únicamente necesario, sino que te convierte en un líder sabio y
exitoso.
¿Qué tan dispuesto estás a promoverte?
Cuando
me entrenaba para ser un coach, me preocupaba cómo promover mi negocio.
Nunca me vi como un vendedor y siempre me sentí incómodo vendiendo. Mi
maestro en ese entonces me dijo algo que cambió mi vida y mi habilidad
para ser emprendedor. Me explicó que las ventas y el marketing
no son más que compartir información sobre ti y tu negocio. Después
dijo que si disfrutaba diciéndoles a las personas qué hacer, era un
vendedor natural. Concluyó que compartir información de tu negocio es lo
mismo que vender. Lo que añadiría es que: las ventas y el marketing
también se tratan de identificar qué puedes hacer por mejorar la vida de
los demás.
¿Realmente tienes estómago para lo que viene?
Algunas
personas olvidan los retos que involucra ser emprendedor. Por un lado,
significa ganar suficiente dinero para mantener al negocio, a ti y a tu
familia. Y por otro, entender que el éxito o el fracaso depende de ti.
Si sientes que no eres capaz de hacerlo y al mismo tiempo cuidar tu
salud y mantener tu vida personal, quizás no es el momento para
arrancar.
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