El
Bosque de Chapultepec, ubicado en la zona poniente de la ciudad de
México, recibe diariamente a miles de personas. Durante el día, este
gran pulmón está rebosante de vida: vendedores con carritos ofrecen
frituras, jarritos (bebidas preparadas con agua mineral, limón y chile),
hot dogs, dulces, juguetes y globos; los niños juegan, las parejas
caminan, algunas personas leen sentadas sobre las bancas y otras más
descansan bajo la sombra de los árboles. Pero el bosque tiene otra
faceta conocida por pocos. Por la noche, cuando se alejan las
multitudes, únicamente se escuchan los sonidos de los grillos y el
silbido del viento entre los árboles. En medio de la oscuridad y el
silencio se presiente la vastedad de este gran recinto natural.
¿Te gustaría adentrarte en el bosque al caer el sol? Los miércoles por
la noche parten los recorridos nocturnos que te permitirán vivir una
experiencia inolvidable. Los paseos se realizan en bicicleta o a bordo
de un tren y ofrecen la oportunidad de visitar sitios emblemáticos y
rincones poco conocidos de este lugar.
La visita inicia y termina en la Casa del Lago Juan José Arreola. Aquí
los paseantes abordan el tren que los lleva a descubrir diversos
espacios del bosque, bellamente iluminados. Una guía y un viejo
vigilante del bosque dirigen el recorrido entre canciones, anécdotas,
bromas y una historia de amor.
Además de ser una importante reserva natural –es el parque urbano más
grande de América Latina; en sus 686 hectáreas conviven más de 200
especies de flora y fauna– el Bosque de Chapultepec es un tesoro
histórico. Las crónicas prehispánicas se refieren a él como “lugar de
manantiales”, donde Nezahualcóyotl construyó el acueducto que abasteció
de agua a Tenochtitlán.
Después de la llegada de los españoles el bosque se convirtió en
propiedad de Hernán Cortés, hasta que el rey Carlos V revocó tal
adjudicación. En 1785 se inició la construcción del imponente castillo,
el cual albergó el Colegio Militar, donde sus cadetes lucharon durante
la invasión norteamericana de 1847. Posteriormente fue sede del Palacio
Imperial de Maximiliano y Carlota, quienes lo restauraron y
embellecieron sus jardines. Fue residencia presidencial desde 1884 hasta
1944, cuando se destinó al Museo Nacional de Historia.
El paseo dura aproximadamente una hora y media, un poco más si se realiza en bicicleta. Algunos de los sitios que visitarás son:
Para disfrutar al máximo tu visita toma en cuenta las siguientes recomendaciones:
Mantén la voz baja y apaga tu celular para escuchar los sonidos del bosque.
Usa ropa abrigadora y zapatos cómodos, pues una parte del trayecto se recorre a pie.
Si vas a realizar el recorrido en bicicleta, trae tu propia luz y porta equipo de seguridad.
Recorridos
Todos los miércoles de noviembre a marzo. Los recorridos se suspenden en temporada de lluvias.
En tren: 20:00 a 21:30
En bicicleta: 7:30 a 21:30
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