La mujer sigue ganando terreno en todos los ámbitos, y los
negocios no son la excepción. De acuerdo con el Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (Inegi), en México 19 millones de mujeres
conforman la Población Económicamente Activa (PEA). De ellas, el 2.6%
son empleadoras, un porcentaje que ha crecido en 0.8% desde el año 2005.
Claudia Ferrara es un ejemplo. Hace nueve años emprendió con Saniklin
(www.saniklin.com), un negocio que se dedica a la fabricación y venta
de artículos de limpieza enfocado a las empresas. Desde hace un lustro,
esta compañía no ha dejado reportar números negros. La empresaria señala
que durante los últimos años ha crecido a un ritmo promedio del 20%
anual.
El sector de los productos de limpieza en México está compuesto por
unas 2,000 marcas, en su mayoría Pymes. Según estimaciones de la
International Sanitary Supply Association (ISSA), una asociación
internacional que agrupa a más de 6,500 empresas y proveedores de
limpieza a nivel global, el mercado de la limpieza en México está en
evolución constante y crece a tasas del 7% cada año.
La mercadóloga de profesión atribuye el éxito de Saniklin al trabajo
constante, la calidad de su servicio y, sobre todo, a que no ha tenido
miedo a innovar. Y lo hizo en 2004 abriendo una página Web en un momento
en que la conexión a la red aún se hacía por medio de la línea
telefónica. “La idea era mostrar una imagen lo más profesional posible”,
dice. Luego, fue pionera en la producción y comercialización de
productos biodegradables, pues en esa época no había tanta conciencia
sobre el cuidado del medio ambiente.
Al igual que muchos emprendedores, Claudia aprendió a prueba y error.
A pesar de que en la escuela le enseñaron a elaborar un plan de
negocios, la empresaria confiesa que no inició su negocio con uno. “Es
importante hacerlo porque te permite enfocarte, ver quiénes son tus
clientes, tener un organigrama y planear tu crecimiento por etapas”,
explica.
Claudia señala que en su caso lo que tuvo que hacer fue introducir
nuevos productos –que era lo que le pedían sus consumidores– para poder
vender más. “La clave de cualquier negocio es el dinero y quien te da
dinero son los clientes. Aunque te presten $20 millones, si no tienes a
quién venderle, al final lo vas a deber y hasta más de lo que pediste”,
dice.
La emprendedora opina que, a diferencia de sus inicios con Saniklin,
en la actualidad es más fácil emprender en el país. “Hay más información
y apoyos tanto de gobierno como de parte de los inversionistas”,
sostiene. También observa que hoy hay más apertura para aceptar que una
mujer puede ser dueña y manejar un negocio. “Al principio no me
presentaba como dueña porque cuando lo hacía me iba mal. Lo bueno es que
la situación cambió, pues las mujeres trabajamos bien y somos muy
comprometidas”, subraya.
En 2004 Saniklin empezó con tres personas y actualmente tiene dos
sucursales y da empleo a 35 colaboradores. Cuenta con una flotilla de 17
camionetas y cobertura a nivel nacional. Maneja siete categorías de
productos y un catálogo de 1,500 artículos. Entre sus principales
clientes se encuentra el gobierno. Mientras que los planes para 2014 es
comenzar a crecer con sucursales en el interior del país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario