Desde
soluciones que apuntan a mejorar la experiencia de compra y la productividad,
hasta novedades enfocadas en agilizar el conteo de inventario y su reposición.
Conozca los avances que podrían implementar las tiendas en los siguientes años.
De
chips identificadores a flejes
Una
de estas innovaciones tiene relación con los carros inteligentes,
específicamente, con los chips RFID (Radio Frecuencia Identificador). Eso
significa que si los productos del supermercado cuentan con su respectivo chip,
el cliente podrá conocer la facturación total de manera automática al avanzar a
caja, después de que haya pasado con su carro por un detector de alarmas. Y es
que esta estructura tendrá como propósito calcular la suma de los precios de
todos los productos. Lo cual derivará en un considerable ahorro de tiempo.
Luego de que el cliente pague, deberá pasar por otro detector con la finalidad
de que todos los chips queden desactivados.
Otra
de las soluciones está vinculada con el fleje o visor electrónico de precios.
Es decir, cuando el cliente coloque un producto en el carro de compras, se
cargará el precio que observa en la góndola, y así automáticamente con cada uno
de los alimentos.
Promociones
en la palma de la mano
Hoy,
los supermercados envían promociones a sus clientes vía correo electrónico
pero, ante la popularización de los dispositivos móviles, la idea es que el
cliente disponga de ofertas a través de su teléfono inteligente y mientras esté
en el punto de venta. En otras palabras, los retailers podrán enviar ofertas
móviles personalizadas a sus compradores, las cuales estarán en función a sus
preferencias e historial de compras. Se aspira a que el cliente pueda comenzar
a recibir esa información cuando ingrese a una tienda.
Cámaras
digitales de seguimiento
Otra
de las tecnologías que podría incorporar el sector retail en los siguientes
años tiene que ver con las cámaras de seguimiento del comportamiento de compra.
Estas cámaras digitales tendrán la finalidad de seguir el trayecto de los
compradores en la tienda. La información recabada podrá contribuir a dos cosas:
Uno, conocer qué tan atractivas son ciertas zonas del punto de venta para
respaldar decisiones en torno al diseño del lugar. Dos, conocer al comprador
con más precisión para así ofrecerle promociones específicas.
Adiós
a la falta de stock
La
productividad es otro de los focos de los supermercados, y eso pasa por el
stock. Y es que, una vez instalada la tecnología RFID –que permite que cada
producto tenga un chip identificador-, la idea es que los sensores incorporados
en las góndolas puedan identificar en qué momento quedan pocos productos.
Probadores
inteligentes
Pero
los supermercados no serán los únicos en implementar estas soluciones, las
multitiendas también. A los probadores tradicionales con cortinas o puertas, le
seguirán aquellos que con puertas vidriadas ganarán y perderán opacidad en
función de las instrucciones del comprador. También surgirán otros probadores
con espejos de 360 grados. La tecnología también hará posible que el cliente
vea cómo le queda una misma prenda en distintos colores, lo que generará un
ahorro de tiempo.
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