En tiempos difíciles, algunos
negocios implementan planes de emergencia enfocados a ciertas áreas y evitan
otras de vital importancia, lo que provoca un desequilibrio.
El denominado Síndrome del Avestruz
se presenta con mayor frecuencia en época de incertidumbre económica. Los “síntomas”
van desde la negación y la postergación de decisiones cruciales, hasta la falta
de comunicación, es decir consiste en “negar la realidad; pretender que todo
tome su rumbo sin acciones de por medio”.
Los principales errores que
conforman el Síndrome del Avestruz son la negación de la realidad y creer que
ante una crisis económica o recesión, la empresa no va a sufrir afectaciones. Con
frecuencia, los negocios no están atentos a factores externos y en la
actualidad, la crisis de un país europeo puede afectar un negocio ubicado en México,
debido a la globalización.
Los directivos no prestan
atención a factores internos como: liquidez, margen de utilidad o cuentas por
cobrar que pueden indicar cuando un negocio enfrenta dificultades. Otros
errores comunes que comenten los emprendedores es interrumpir los canales de
comunicación con empleados, clientes y proveedores, así como no observar
diferentes formas de actuar para enfrentar distintas situaciones, como replantear proyectos y
presupuestos que se requieran.
Para empeorar la situación,
no deciden con base en los riesgos y recortan personal, inversiones y gastos,
sin considerar que estos factores son los principales generadores de ingresos.
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