Johan Steve Bello, explica que hay tres tipos de
personajes en las oficinas de trabajo que no han alcanzado la felicidad y que
pueden afectar el clima si no hay un líder que los oriente y sepa aprovechar su
talento para sacar adelante los proyectos.
En el grupo de trabajadores insatisfechos figuran los hedonistas,
caracterizados por buscar el placer por encima de todo. Son como los “eternos adolescentes” y suelen
confundir la felicidad con beneficios efímeros, por lo que pueden perder la
dirección en los proyectos de largo plazo si no hay un líder que los motive.
Los competitivos son colaboradores que no son felices en el trabajo
porque viven sufriendo en el presente con la esperanza de conseguir un objetivo
en el futuro y sacrifican su
presente porque creen que en dos o tres años van a obtener un mejor puesto y
con eso van a ser felices.
Por último, según el
especialista los nihilistas, quienes no ven un beneficio ni el presente o en el
futuro, conforman el grupo más peligroso de colaboradores infelices en el
ambiente laboral, porque suelen contagiar del mal ánimo a sus compañeros y
restan las energías del equipo.
Cómo lidiar con un
nihilista
Johan Stuve recomienda tratar de integrarlo al equipo y hacerle notar que
su trabajo es valioso. Ya que esta
persona prefiere la soledad y realizar sus actividades sin esperanzas de conseguir algo positivo, los jefes deben identificar a este tipo de
trabajadores y hacerlos que se identifiquen con los objetivos de la
organización.
Asimismo, aconseja a
los propios trabajadores que se encuentran en un momento ‘nihilista’ rodearse
de más personas, realizar actividades físicas con frecuencia y mantener un
espíritu optimista para volver al camino hacia la felicidad.
“Es importante estar
en contacto con personas felices la mayor parte del tiempo posible, aunque a
ellos no les guste, porque la felicidad también se contagia. Y manténgase
social y físicamente activo”, apunta.
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