Alberto Ituarte, chef y empresario asegura que
para emprender y triunfar los dos ejes del negocio son el cliente y el personal
que labora con él.
De madre mexicana y padre español, Alberto Ituarte, comenzó su carrera
profesional a los 16 años. Se formó en las cocinas de chefs renombrados, como
Juan Mari Arzak y Martín Berastegui. Aunque no sabía que quería ser dueño de un
restaurante, pronto descubrió que el mundo de los banquetes le brindaba la
oportunidad de destacarse y construir un negocio sólido.
El reto: complacer a cientos al mismo tiempo
Una cosa es complacer a los paladares que visitan un restaurante, pero
otra muy distinta es dejar de satisfacer a cientos de personas al mismo tiempo.
En un evento no puedes darte el lujo de que te vaya mal, en un restaurante
puede irte mal en la mesa 10 y lo peor que pasará es que el cliente no
regresará.
Ituarte Banquetes no se define a sí misma como una empresa de banquetes,
sino como un restaurante puesto en casa, una cocina inmediata, en la que todo
se prepara y termina en el momento. Seguimos la logística de un restaurante, en
la mayoría de los banquetes se prepara todo dos o tres horas antes, y se calienta
en el evento con calentones y vaporeras, pero la calidad de los alimentos
disminuye. Yo propongo una cocina hecha al momento: el plato fuerte, aunque sea
un risotto, se cocina y se sirve en ese instante. Para tal fin el chef exige un
espacio de cocina de medio metro por comensal.
Las tres caras del éxito
Las claves del éxito para este empresario han sido:
Constancia. Para Ituarte, mantener un estándar de calidad en su servicio
es fundamental. “Si un cliente va a un restaurante y come algo delicioso, y regresa
después de varios meses, todo debe saber igual”, explica.
Pies en la tierra. Todo emprendedor busca innovar, pero es importante no
perderse en la parte creativa. “Debemos encontrar un equilibrio. Crear una
cocina que sea fácil de entender, que sea sabrosa, pero no demasiado compleja”.
Atención. “¿Qué necesitas?”, es lo primero que debes preguntar a tu
cliente, es básico ser un gran anfitrión. Esto lo consigue evitando la rotación
de personal y entrenando a su equipo para ofrecer un servicio personalizado.
Tal es la importancia de ofrecer un buen servicio que afirma: “si alguien come
mal, pero lo atienden muy bien, es probable que regrese. Pero una persona que
comió muy bien y tuvo mal servicio, no regresará nunca”.
Adicional a su servicio de banquetes para boda Ituarte es dueño de 5
restaurantes Alaia, Puerto Getaria, Zeru, Jerónimo y Emilio.
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