Las incubadoras son excelentes herramientas para impulsar el nacimiento
de empresas, pues proporcionan la asistencia necesaria para crecer. Conocer
cómo funcionan y aprovéchalas para emprender
Las
incubadoras son excelentes herramientas para impulsar el nacimiento de
empresas, pues ofrecen la asistencia necesaria para crecer.
Cuando se
realiza un plan de negocios no basta tener una idea; es necesario estructurarla
y gestar un plan que proyecte el desarrollo y la ejecución del emprendimiento.
Sin embargo, esta tarea es muy compleja, lo que ocasiona que muchos
emprendedores novatos se hundan en el intento.
Pero no es
motivo para alarmarse, para los más inexpertos (o para todos los emprendedores)
existe una alternativa alentadora: las incubadoras de negocios, una herramienta
fundamental para impulsar el nacimiento de nuevas empresas y cuyo uso ya se ha
popularizado en muchas partes del mundo.
Estos centros
se encargan de evaluar la viabilidad técnica, financiera y de mercado de un
plan, proporcionar servicios de asesoría legal, desarrollar los planes de
mercadotecnia y ventas e incluso, aportar un espacio físico, equipo, logística
y acceso a financiamiento y capital semilla.
La asistencia
que una incubadora proporciona atraviesa por tres etapas. En primer lugar está
la preincubación, durante la cual se brinda al emprendedor una orientación para
el desarrollo de su empresa. Después viene la incubación, el tiempo en que se
revisa y da seguimiento a la implementación, operación y desarrollo del negocio
y todos los procesos. Por último, la postincubación se aplica después de haber
puesto en marcha el negocio, con el fin de mejorarlo continuamente.
Éste es el
proceso a seguir para acceder a un plan de asistencia de una incubadora:
Concebir y
plasmar en papel una idea de negocios.
Acudir a una
incubadora
Entrevistarse
con el representante de la misma.
Clarificar la
idea conforme a la entrevista.
Elaborar un
resumen de objetivos y las características de la futura empresa.
Proceso de
retroalimentación entre el empresario y el asesor para delinear el plan de
negocios (este proceso tarda de una a dos semanas).
Evaluación
ante un comité de selección de proyectos.
Análisis del
proyecto por el comité.
Si el proyecto
se aprueba, ingresa a un proceso de incubación. Si el proyecto se rechaza se
sugieren adecuaciones y se regresa a la elaboración del resumen.
En el proceso
de incubación se recibe asesoría en aspectos administrativos, legales,
contables, financieros, de diseño e imagen, estrategias de mercado y
comercialización. En caso de contemplar la exportación de productos, la incubadora
también proporciona orientación en aspectos de comercio internacional.
Al concluir el
plan de negocio, por lo general la empresa comienza operaciones y recibe
asesoría por 12 meses más.
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