Cuando envías un mensaje negativo en la oficina, te
etiquetas a ti mismo como alguien con quien nadie quiere trabajar
La analista de banca de inversión era terriblemente
infeliz en su trabajo, a pesar de ser una mujer muy capaz ya no recibía el tipo
de tareas interesantes que tenía en el pasado, en las asignaciones que tenía,
su jefe la microadministró, diciéndole que tenía que hacer las cosas de nuevo
cuando ella pensaba que había hecho un buen trabajo la primera vez.
Estaba tan molesta por la situación que
empezó a quejarse con sus compañeros y a criticar a su jefe. Más tarde, varios
de esos compañeros se acercaron al jefe y le dijeron cuán descontenta estaba
la analista. Preocupado, el jefe se acercó a otros miembros de su equipo, todos
los cuales habían escuchado quejas de la analista. Harto de las habladurías, el
jefe la llamó a su oficina y le dijo que si era infeliz, debía buscar un nuevo
trabajo.
Los coachs de carrera dicen que éste es un
escenario común y que nunca es prudente hablar de cuán infeliz te sientes en el
trabajo, incluso con compañeros con quienes se tiene una relación más cercana o
de amistad. “Si continúas quejándote, te estás preparando para ser despedido”,
dice la coach Anita Attridge, que intentó convencer a la analista infeliz de
que se guardara sus problemas para sí misma. “A ella no le gustaba lo que yo
tenía que decirle.”
“Perdí la cuenta del número de veces que ha
ocurrido esto”, dice el coach veterano Ellis Chase, autor de In
Search of the Fun-Forever Job: Career Strategies That Work. Los
trabajadores descontentos no sólo se quejan con sus compañeros, sino que, al
igual que la analista, insisten en acusar directamente a sus jefes. “Es un
error tremendo, algo que no funciona”, dice. Chase, dice que cuando envías un
mensaje negativo en la oficina, te etiquetas a ti mismo como un misántropo.
“Eres visto como alguien con quien nadie quiere trabajar.”
Es posible que no quieras ser visto como
alguien que tiene motivos ocultos. Una de las clientas de Chase trabajaba en el
departamento de marketing de una compañía farmacéutica. Le dijo a todos que
estaba usando su trabajo como trampolín para iniciar su propia práctica de
consultoría. Incluso le dijo a su jefe que tenía planeado estar en ese puesto
sólo dos años. “Le dije que era un error letal”, dice Chase. Efectivamente, la
compañía tuvo una ronda de despidos y la clienta de Chase fue de los primeros a
los que se les mostró la puerta. “Su jefe le dijo que para él era fácil dejarla
ir, ya que no pensaba permanecer en la compañía de todos modos.”
El coach Roy Cohen, autor del libro The
Wall Street Professional’s Survival Guide, también tenía un cliente
que se quejaba de su trabajo fuera de la oficina. El cliente, un abogado a la
mitad de sus 40 que trabajaba en un banco comercial que habían sufrido recortes
de personal, se encontraba haciendo trabajo que sentía era muy por debajo de su
nivel de experiencia.
Enojado por el cambio en su situación, se
quejó en repetidas ocasiones ante sus compañeros y directamente con su jefe.
“Su jefe dijo: ‘Mira, tengo las manos atadas. Si no estás satisfecho aquí,
busca otro empleo.’ En ese momento no tuvo otra opción”, dice Cohen.
¿Qué podría haber hecho diferente el infeliz
abogado? En el trabajo debió haber mantenido la boca cerrada, y si realmente
necesitaba desahogarse, buscar a un confidente, como un mejor amigo o a un
coach de carrera. Los cónyuges no siempre son las mejores personas para acudir,
dice Cohen, debido a que un esposo o esposa tiene un interés personal en que
mantengas tu empleo incluso si lo odias.
La mejor opción es encontrar una solución a
tu situación y luego hablar con tu jefe acerca de tu insatisfacción, pero con
un giro positivo. El abogado podría haber llegado con una forma de automatizar sus
tareas tediosas, tal vez generando un formato estandarizado que un asistente
administrativo podría llenar, sugiere Cohen.
Por supuesto, si eres infeliz y no ves una
manera de mejorar tu situación, tiene sentido buscar un nuevo trabajo. Sin
embargo, otro paso en falso común es decir a los posibles empleadores que eres
infeliz en donde estás. “Nadie quiere escuchar que tu último empleo era
horrible y que el lugar estaba por implotar”, dice Chase. “Ellos quieren oír
sobre tus éxitos y sobre el ser humano lleno de energía que eres.”
La coach Sarah Stamboulie está de acuerdo.
“En lugar de decir que estás huyendo de tu antiguo trabajo, debes actuar como
si te sintieras atraído por tu nuevo empleo.” De esa manera, tu empleador
potencial sentirá como si estuviera compitiendo por tus servicios con tu
empleador actual. “Detrás de todo esto hay una cierta analogía con el cortejo”,
dice Stamboulie.
Si estás en una relación infeliz y conoces a
una persona atractiva, no querrás decirle que tu actual pareja es tan idiota
que deseas salir con el primero que se te atraviese. “Resulta mucho más
atractivo si dices: ‘Tienes unos ojos hermosos y eres tan interesante y
divertida como nadie que haya conocido antes.’” En el contexto laboral, si
dices que amas tu trabajo y que adoras a tu jefe, dice Stamboulie, “entonces tu
potencial empleador podrá imaginarte diciendo algo así sobre él mismo.”
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