miércoles, 29 de agosto de 2012

Cómo manejar el estrés


Más pesado y más torpe. Literalmente eso es lo que obtienes con el paso del tiempo cuando no manejas el estrés de forma efectiva. Por desgracia, se trata de un factor de vida para todos los que viajan en el carril de alta velocidad empresarial. La buena noticia es que si se maneja de manera correcta, el estrés puede estimular tu energía, ayudar a que se resuelvan tus problemas cotidianos y aumentar el rendimiento de tu memoria.

Existen varias razones por las cuales el estrés mal manejado se puede convertir en una crisis. En primer lugar, puede provocar falta de sueño, lo que derivaría en una interrupción de la regulación de insulina y, por lo tanto, en aumento de peso. Además, a niveles altos puede resultar en efectos adversos en la memoria y comprometer tu sistema inmunológico. 

Si eres dueño de negocio o administrador general de una organización y casi todo el tiempo estás estresado, entonces quizá también tu equipo se encontrará en la misma condición. Considera que las neuronas espejo en el cerebro detectan cuando nuestros jefes están molestos y reflejan la emoción. 

¿Cuál es el resultado? Cuando el líder está molesto, todos en la oficina se ponen ansiosos. La toma de decisiones, el respeto común y la colaboración se van por la ventana. En resumen, le dices adiós a tus mejores colaboradores.

La solución está en no tensarse demasiado debido al estrés. Hay algunas cosas muy sencillas que te ayudarán a asegurar que el fuego en tu estómago se convierta en el combustible que necesitas para generar tu próxima gran idea, y no una nueva úlcera. Aquí tienes los primeros pasos para lograr este cambio en tu vida.

Dormir. Mientras duermes repasas las actividades y sucesos del día, de modo que se codifican en tu memoria. Se hacen asociaciones que te permiten resolver problemas que te acosaron durante la jornada. Incluso una siesta de 10 minutos resetea las neuronas que estuvieron expuestas al estrés en tu cerebro. De esta manera, puedes tomar mejores decisiones y reaccionar de manera más apropiada frente a las situaciones que te estresan. 

Antes de una reunión o presentación importante, asegúrate de que estás lo más descansado posible. Así, te aseguras de que tu cerebro haga su trabajo por ti, y no en contra tuya. Recuerda que después de cuatro noches consecutivas de sólo cuatro o seis horas de sueño, terminarás con la misma agudeza mental como si hubieras consumido varias copas de vino, pero sin divertirte. 

Si bien es diferente en cada caso, lo cierto es que muchos adultos necesitan dormir entre siete y nueve horas por noche. Cuando no se tiene este descanso, los eventos negativos y las emociones se magnifican y regresan con facilidad, en tanto que los recuerdos de lo positivo disminuyen.

Todo está claro: si estás estresado porque no manejas tu día de forma apropiada, no dormirás bien. Lo que haces mientras estás despierto es crítico para proporcionarle a tu cerebro el descanso que necesita para resolver cosas durante el sueño. Lo que lleva al siguiente punto.

Piensa positivamente. ¿Te has dado cuenta cómo algunas personas no se molestan por cosas que a ti te enloquecen? Toma una lección de meditación budista y esfuérzate para ver todo con menos estrés. La idea es que los objetos no pueden ser estresantes por ellos mismos, más bien tú los interpretas de esa forma. Por eso, vale la pena reorientar tu estrés en algo más positivo. 

Por ejemplo, cuando obtengas un rechazo de un cliente –como un obstáculo más hacia el “sí”–, piensa que eventualmente lo obtendrás de otro prospecto. No te paralices y estreses por esa razón. Mejor, sigue adelante y vuelve a intentarlo. 

Sueña despierto. Deja que tu mente viaje. A la mayoría se nos ha dicho que soñar despierto es un mal hábito, pero las investigaciones muestran que en realidad nos permite ser más creativos. Cuando reducimos el estrés de la hormona cortisol, la mente es capaz de acceder a regiones de nuestro cerebro que no están disponibles cuando estamos estresados. 

Así que cierra tu puerta, apaga cualquier elemento electrónico y literalmente divaga durante 10 minutos. Deja que tu mente viaje. Los flashazos que emerjan del interior podrían ser tu próxima idea millonaria.

Ríe. Sin duda, es uno de los más rápidos inhibidores de estrés. Contrarresta el cortisol y permite que tu cerebro aprenda y piense nuevas cosas. Cuando te pones serio, te encuentras en un formato de protección; sólo te sirve para resolver problemas viejos, no para crear futuro. La recomendación es la siguiente: bromea, convive con gente graciosa, ve videos divertidos en YouTube y hasta ríete cuando vayas camino al banco.

Por Daniela Clavijo

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