¿Motivar o evitar la desmotivación?
Mucho se ha escrito y hablado sobre
motivación. En estas líneas desearía tomar la perspectiva de evitar la
desmotivación. Es decir, los colaboradores tienen una motivación interior para
afrontar la vida laboral (y personal).
Es nuestra misión el poder
generar el entorno adecuado para que esta motivación no disminuya, e incluso
aumente. Es decir, las personas llevan su propia motivación al trabajo. En
nuestras empresas debemos cuidar que diferentes aspectos tales como la
remuneración, trato de las personas, planes de carrera, ambiente de trabajo,
definición de objetivos, tareas, etc., no desmotiven a los empleados.
Cada colaborador puede tener
diferentes tipos o dimensiones de necesidades que le motivan a satisfacerlas.
Si conseguimos cubrir esas necesidades, las personas adquirirán un compromiso
con la organización de acuerdo con el tipo de necesidades cubiertas.
Remuneración
Inicialmente
el empleado tiene sólo necesidades económicas que cubrir, es decir, quiere
tener una correcta retribución acorde con su puesto de trabajo. Es importante
que esta consideración de adecuada sea compartida por parte del interesado/a y
la empresa.
Debes considerar que algunos
empleados se quedan en este nivel, su necesidad básicamente a cubrir es la
económica. Por ello conviene que el empleado perciba que debe realizar un
esfuerzo para cubrir esa necesidad. En el caso de que la persona perciba que la
remuneración la tiene asegurada independientemente del esfuerzo, puede provocar
una disminución del rendimiento y
a su vez de su motivación.
Crecimiento Personal
Para
aquellas personas que aparte de las necesidades económicas, valoran el
crecimiento personal, es imprescindible disponer de planes de carrera, retos
nuevos, incorporación de conocimientos nuevos (formación, nuevas experiencias,
tareas diferentes, etc), y por supuesto posibilidades de crecimiento dentro de
la empresa.
Vinculación con la compañía
Además
de este colectivo nos podemos encontrar con otro grupo de personas que desean
vincularse con la organización de las que forman parte. Estos colaboradores
necesitan compartir objetivos, misión, y otros aspectos trascendentales, con la
organización a que pertenecen. Para ellos debemos disponer de una buena
comunicación de los objetivos a conseguir, compartir la definición del futuro
de la empresa, etc.
Debemos facilitarles autonomía
en la toma de decisiones que les permita desarrollar con libertad sus criterios.
Si este colectivo no percibe que forman parte del proyecto empresarial
intentarán localizar otro proyecto en otra parte, o acabarán desmotivados,
siendo éstos los miembros con mayor potencial de la empresa.
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