Factor humano, recurso
humano o capital humano, todos los términos son válidos. Pero lo importante es
comprender que la gente es el soporte de toda empresa. “Las compañías están
hechas por personas, por lo tanto, ninguna estrategia puede excluir a esta
materia prima”, señala Graciela Ríos Cantú, fundadora de Assésor –firma
especializada en Consultoría en Recursos Humanos– y experta en este tema y
Gestión Estratégica.
El primer paso para
encaminar un proyecto al éxito es hacer equipo y elegir a la gente adecuada.
Para ello, debes tener bien claro el rumbo de tu negocio, es decir, qué quieres
y hacia dónde te diriges. Ser una “gran” empresa no se refiere a sus
dimensiones.
En realidad, una “gran”
compañía es aquella que impacta positivamente a su comunidad y es reconocida
entre las mejores. Para llegar a este punto, es esencial invertir en el
desarrollo del recurso humano y apostar por una estrategia de colaboración y
éxito compartido.
¿DÓNDE
HAY MADERA?
Ríos Cantú asegura que en un
proceso de selección es común confundir los puntos clave que debe tener un
empleado. Por ejemplo, no hay que buscar gente que te caiga bien. Lo importante
es que la persona comparta los valores de la compañía y que sus habilidades
contribuyan a alinear-se con las metas y objetivos generales.
Esta idea la refuerza Lorena
Martínez Verduzco, coordinadora de la licenciatura de Dirección y
Administración de Empresas de la Universidad Anáhuac México Norte. “Tu gente
tiene que estar en línea con la misión y los valores de la empresa. De ahí que
todos deben mirar hacia un mismo punto”, afirma. “No pidas requisitos para la
empresa que sueñas a futuro. Hoy, vale más un colaborador proactivo y con ganas
de aprender, que alguien sumamente calificado”, agrega.
Una vez que tienes al
personal requerido, el siguiente paso es la inducción. Pero recuerda que vender
tu idea de negocio no es suficiente para sumar a los colaboradores al proyecto.
Debes brindarles una guía precisa.
Considera las siguientes
herramientas: manuales de procedimientos, planes de trabajo, objetivos,
tableros de control y evaluaciones. Todo esto para ofrecer a los empleados un
panorama claro de las metas, acciones, avances y logros de las diferentes áreas
y equipos que integran la organización.
HAZ
TU MEJOR INVERSIÓN
Alinear tu estrategia de
negocios a un plan de recursos humanos es un proceso a largo plazo; un cambio
de visión que motiva a las empresas a perdurar, con la certeza de que su
inversión será redituable. ¡Compara! Las utilidades de la compra de maquinaria
se ven de inmediato. Mientras que la ganancia de tener empleados bien
remunerados, capacitados y reconocidos, se apreciará a mediano plazo. Y aunque
el beneficio no es palpable, es contundente: lealtad y productividad.
Para la especialista de la
Universidad Anáhuac, esto implica un compromiso mutuo: “Yo empresario pago
sueldos justos, doy indicaciones claras, procesos establecidos, reconozco y
evalúo el trabajo de mi gente”. Por otro lado, “yo colaborador aprendo, me
siento reconocido y me compometo con el proyecto que también hago mío”.
No invertir en tus empleados
sólo generará rencor y desconfianza. Si la gente siente que hay un abuso,
empieza a cobrarse lo que cree que merece con robos de material, llegadas tarde
o tiempos muertos. Por lo tanto, la respuesta final está en estrechar lazos.
“Las palabras convencen pero el ejemplo arrasa. Hay que ser congruentes con lo
que la empresa hace y predica. Y la retribución económica es una forma de comunicarle
a la gente lo importante que es para nosotros”, finaliza Martínez.
CONQUISTA
A TUS COLABORADORES
Ejecuta estas cinco claves
para procurar la lealtad y multiplicar la productividad de tus empleados.
a) Adaptación. Nadie puede
ajustarse a lo que no conoce. Así que define tus objetivos y comunícalos.
Comparte tu plan de negocios con toda la compañía. Elabora manuales de
inducción, coloca letreros con los valores de la empresa, convoca a reuniones
generales y crea un intranet o boletín interno.
b) Balance. Fomenta el
equilibrio entre la vida personal y profesional de tus empleados. También
motiva el desarrollo de sus capacidades operativas y creativas. Para ello,
organiza convivencias, talleres, pláticas de motivación y hasta un equipo de
fútbol.
c) Convicción. Invertir en
el desarrollo de las personas es redituable y hará crecer tu organización. Si
requieres de asesoría, contrata a un experto en recursos humanos. O bien, lee,
investiga en Internet y conoce las tendencias en gestión de capital humano.
d) Dirección. Realiza una
labor de coaching y asesoría permanente. Platica con tu personal; conócelos,
apréndete sus nombres y visita cada área de trabajo.
e) Entusiasmo. Comparte tu
pasión por el proyecto y motiva a tu gente a seguirlo. Dales las cosas que más
anhelan. Comparte el éxito y las utilidades, pero no regales lo que te sobra.
Por Ana Paula Hernández Alday
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