Sólo
una de cada 10 pequeñas y medianas empresas en México tiene una política
equitativa de sueldos y compensaciones, aunque ésta es una práctica corporativa
para garantizar que el personal asuma el sentido de pertenencia y compromiso,
advierte la firma Salles Sainz Grant Thornton.
En
las empresas familiares no hay alternativa, ya que es una "herramienta
imprescindible para generar utilidades e incluso, para atraer mejor
talento", comenta Mario Rizo, Socio
de Salles Sainz Grant Thornton.
El
líder de la organización continuamente se cuestiona si todos los familiares
deberán ganar lo mismo independientemente del puesto que desempeñen. Además,
surgen problemas cuando se analiza si el salario para los hijos, hermanos o
yernos es justo en función de su desempeño cuando hay empleados mejor preparados.
En
opinión de Rizo, establecer una política
clara de retribuciones a familiares y personal ayuda a resolver conflictos y
diferencias que podrían obstruir la finalidad de la empresa y la armonía
familiar.
Para
establecer la política de sueldos y compensaciones "hay que establecer un
programa por escrito donde aparezcan las reglas claras y transparentes de
retribución en la empresa", dice el directivo.
Es
recomendable separar el concepto de empleado del de accionistas y familiares
para efectos de sueldos. Así, los familiares pueden recibir de la empresa tres
tipos de compensaciones: sueldos, prestaciones y dividendos.
Un
familiar debe recibir un salario de mercado y justo por su trabajo, dependiendo
del puesto, desempeño y antigüedad en el mismo, como cualquier empleado.
"Este sueldo, incluso, deberá ser comparable con el de un colaborador no
familiar que se encuentre en la misma jerarquía", recomienda el experto.
En
el caso de las prestaciones, éstas deben ser equitativas para familiares y
colaboradores ajenos a la familia. En general, a los empleados familiares se
les otorgan sueldos 15 o 20% arriba de los tabuladores del mercado.
Es
en los dividendos, dice Rizo, cuando los familiares ejercen su valor como
accionistas. En este rubro se les retribuye por el hecho de tener la propiedad
de la empresa.
La
política de dividendos "evitará además que las futuras generaciones
sangren el negocio por encima de sus posibilidades. En general las empresas de
tercera generación con frecuencia se llenan de familiares que tienen altas
expectativas con respecto a estándares de vida, hecho que puede afectar el buen
funcionamiento de la empresa familiar", refiere el socio de Salles Sainz
Grant Thornton.
"Es
indispensable establecer las reglas para que la empresa, dentro de sus
posibilidades, pueda satisfacer todas las necesidades de la familia propietaria
y sus miembros. Una de las partes fundamentales es la compensación
económica", menciona el consultor.
La
justicia salarial entre familiares no necesariamente significa igualdad, sino
equidad.
"Equidad
es pagarle a cada quién según le corresponde a su aportación y posibilidades
reales dentro de la empresa, independientemente si es empleado o miembro de la
familia", puntualiza el directivo.
Por: Ivonne Vargas Hernández
Por: Ivonne Vargas Hernández
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