Cuando se trata de sustentabilidad, me encuentro en una misión de convertir el
confuso concepto de ‘ser verde’ por el de ‘elegir calidad’. El primer resultado
de hacerlo es el mismo: disminuir la cantidad de basura. Pero mis métodos
también ayudan a ahorrar dinero.
Compra lo mejor que puedas comprar
Antes
solía creer que estaba siendo muy ahorrador al comprar un par de guantes de
jardinería nuevos cada marzo por tres dólares. Cuando llegaba el otoño y se
rompían, simplemente los tiraba a la basura. Sin embargo, hace un par de años
me compré un par de mayor calidad por 15 dólares. No los he tenido que cambiar
desde entonces.
Lección aprendida:
Los objetos de calidad tienen un costo inicial más alto, pero el costo total
(con los reemplazos) y el impacto en el medio ambiente es mucho menor al que te
enfrentas si eliges el equivalente barato. Como dice el dicho, “lo barato sale
caro”.
Reutiliza las cosas que tienes
Obtén
el mayor valor posible de las cosas que ya tienes a través de pagos y
reparaciones que ayuden a extender su vida. Conozco a un tipo que maneja un
camión de 17 años que aparenta requerir una reparación nueva cada año. Cuando
le pregunté por qué no se compraba otro camión, él me respondió que gasta poco
más de USD$1,300 al año para asegurarse que siga funcionando correctamente,
mientras que si se comprara uno nuevo pagaría cerca de USD$20,000 durante
cuatro años.
Puedes aplicar este
mismo principio a todas tus pertenencias. La mayor vida que puedas exprimirle a
cada objeto -desde una hoja de afeitar hasta un auto- más dinero ahorrarás en
el largo plazo.
Acepta la imperfección
Nos
hemos acostumbrado a comprar cosas que lucen perfectas: comida, herramientas,
vestimenta. Sin embargo, esta perfección tiene un precio, tanto financiero como
medioambiental. Por ejemplo, los artículos artesanales pueden tener pequeñas
imperfecciones. Las frutas y verduras orgánicas pueden tener manchas. Los
equipos usados y comprados vía eBay algunas veces necesitan limpieza o alguna
reparación.
Aunque esto puede
ser decepcionante en un comienzo, si haces un balance de los beneficios que
entregan los productos reciclados o sustentables, ya no te molestarán esas
pequeñas fallas.
Recicla, luego reemplaza
Éste
es un pequeño truco que uso para evitar hacer compras impulsivas. Por ejemplo,
si tengo ganas de comprarme una nueva pantalla plana, no lo hago hasta que no
venda la vieja. Este método funciona igual para la ropa o el equipo deportivo.
Este ejercicio me
fuerza a pensar si realmente necesito reemplazar las cosas (generalmente
descubro que las que tengo aún funcionan bien). Esto también elimina la
tentación de simplemente tirar cosas viejas cuando compro otras nuevas.
Estos tips pueden
ser difíciles de seguir, pero traerán múltiples beneficios a tu bolsillo y
disminuirán tu impacto en el medio ambiente.
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