martes, 11 de junio de 2013

¿Cuál es tu personalidad financiera?

Si entiendes cómo piensas y sientes sobre el dinero, podrás sacarle mayor provecho. Las decisiones financieras no sólo se tratan de pesos y centavos. Para muchas personas, también tienen que ver con las emociones y con los prejuicios. 

Al analizar tus actitudes sobre cómo gastas y ahorras, podrás tomar mejores decisiones financieras, según Ganiyah Fajingbesi, consultora pública. La experta, con sede en Baltimore, agrupa estas actitudes en cinco tipos de personalidad y asigna un color a cada una para facilitar su comprensión. Te compartimos una breve sinopsis: 
 
Verde: Es el típico emprendedor; cree que el dinero siempre debe invertirse para crecer el negocio.

Azul: Es un buen empleado o administrador financiero. Sabe cumplir con los presupuestos y no hace riesgos financieros. 

Amarillo: Acepta el trabajo duro y tiene una mentalidad de jugar en las grandes ligas. Es un gastador emocional y compra artículos de lujo para sentirse mejor. 

Gris: Es alguien promedio, no aspira a tener grandes cantidades de dinero; puede ser un gran inversor ya que es una persona muy paciente. 

Rojo: No maneja el dinero de manera realista. Siempre debe dinero y no tiene un plan para pagar sus deudas.  

De acuerdo a Fajingbesi, la mayoría de las personas son una mezcla entre dos “colores de dinero”. Al determinar con cuál te identificas más, podrás aumentar tu conocimiento sobre tus fortalezas y debilidades. Además, tener consciencia de tu personalidad financiera puede beneficiar a tu negocio de tres maneras: 

1. Para elegir un co-fundador o socio
Suma gente a tu equipo que te ayude a compensar tus debilidades financieras.

Por ejemplo, si tu personalidad es “azul”, te será fácil cumplir con los presupuestos, pero no así invertir grandes cantidades de dinero. Como emprendedor, demasiada cautela puede obstaculizar el crecimiento de tu negocio. Si estás consciente de tu naturaleza conservadora, podrías buscar a un socio que te impulse a tomar más riesgos y hacer inversiones. 

2. Adecuar tu pitch a la personalidad del posible inversor
Si quieres, por ejemplo, construir vías del tren en África, quizá debas buscar a un inversor con una personalidad “gris”, ya que probablemente no verá su dinero en 15 o hasta 20 años, dice Fajingbesi. 

De manera similar, debes igualar tus inversiones al tipo de proyectos que vayan de acuerdo con tu temperamento financiero.  Si eres una persona “gris” podrías considerar poner tu dinero a trabajar en proyectos comunitarios y de desarrollo económico debido a que tus retornos de inversión serán lentos y pocos, pero irán alineados con tus creencias. 

3. Evitar errores financieros

Conocerte a ti mismo también puede ayudar a protegerte de cometer errores hasta cierto punto predecibles. 

Por ejemplo, una personalidad “verde” podría querer invertir su dinero en algo con poco futuro, en lugar de ahorrar. Si sabes que naturalmente eres una persona impulsiva, quizá deberías desarrollar una rutina de presentar tus ideas de inversiones a un socio o colega “azul” antes de poner en riesgo tu dinero.  

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