Cuando de buscar y
dar un empleo se trata, las decisiones alrededor de la empresa en que deseamos
trabajar y el candidato al cual vamos a contratar, deben de analizarse con
detenimiento y sobretodo con un sentido práctico de la compatibilidad que habrá
entre ambos.
Es
casi un proceso milagroso. En promedio, se postulan 200 personas a una
vacante y finalmente se contrata sólo a una. Es un lago
camino tanto para los reclutadores como para los candidatos y de muy poco sirve
haber logrado esta conexión entre la empresa y su nuevo colaborador, si ambos
no comparten un mismo propósito y dirección.
Desde
el enfoque de la Empleología,
hay 4 ejes principales que motivan tanto a las empresas como a los candidatos:
Dinero, Abundancia, Finalidad y Entregable. Conocer nuestra tendencia hacia alguno
de éstos y el grado de compatibilidad que genera entre sus respectivas metas,
nos brindan una mayor satisfacción en nuestra relación con el trabajo.
Muchas
veces vivimos de respuestas a preguntas que jamás nos hicimos: ¿Qué es lo que
me mueve a dar el SI en una relación laboral? No es de extrañarse que cada vez
sea más común la falta de compromiso de los colaboradores hacia la empresa y
viceversa.
En
este contexto, un estudio realizado por Gallup clasifica
a los colaboradores según el indicadorde compromiso. Señala que de los cien millones de trabajadores
de tiempo completo que hay en los Estados Unidos y que laboran al menos 35
horas por semana:
• 19% son activamente no comprometidos: No están conformes en
la empresa, desmantelan y destruyen la compañía, agotan a los gerentes, y
participan en la contracción en lugar de la construcción de beneficios.
• 53% son empleados no comprometidos: Son pasivos, se
caracterizan por la apatía y el presentismo laboral.
• 28% son colaboradores comprometidos: Resultan los mejores
colegas, cooperan para construir la empresa y representan a la fuerza creativa.
El
estudio anterior nos muestra que hay una falta de sintonía o capacidad para que
las empresas y el talento disponible conjunten sus objetivos. Una persona no
sólo debe ser compatible con una vacante, antes bien, debe de serlo con una
organización.
Ubícate en el cuadrante DAFE: Dinero,
Abundancia, Finalidad y Entregable
Dinero:
¿Cuánto voy a ganar? / ¿Cuál será mi ROI?
Regularmente,
el trabajo y sus derivados se traducen en una compensación que se expresa a
través del di¬nero en su forma más básica que es el salario.
Adicionalmente, hay modalidades de la compensa¬ción como son las prestaciones
relacionadas con la se¬guridad social, la vivienda de interés social, así como
otros beneficios que no se perciben directamente en moneda corriente y que, sin
embargo, cuentan como base para el salario.
Abundancia:
¿Cuál es nuestra misión o razón de ser?
La
capacidad para generar abundancia está vinculada directamente con una posición
en la que los seres hu¬manos –personas y empresas– deseamos llegar al ob¬jetivo
con los recursos que se tienen, sin ellos y a pesar de la diversidad de
obstáculos. Este es, por tanto, un principio generador de riqueza en el
significado más amplio.
Se
requiere de una conciencia diferente sobre los re¬cursos donde las personas y
las empresas transforman su visión, pasando de la administración de la escasez,
hacia la administración de aquello con lo que sí se cuenta y cómo llegar a
generar más.
Finalidad:
¿Hacia dónde vamos?
Esta
es la expresión máxima del propósito o “para qué” de una persona y una
organización; constituye el sentido de lo transcendente tanto en lo individual
como en lo colectivo. Deja de ser una satisfacción personal para convertirse en
una satisfacción inmaterial, intangible y social. Es una contribución con
significado, sentido y dirección. Se caracteriza por tener una compensación
preponderantemente emocional y transformacional, expresada a través de la
lealtad y el compromiso de las personas, por ejemplo, con la misión y visión de
una organización.
Transacción
de entregables: ¿Qué esperas de mí y qué espero de ti?
En
la mayoría de las ocasiones, el entregable es un pro¬ducto, aunque también
puede ser un servicio. Deriva de un proceso de producción en el que las
personas y empresas imprimen energía, capacidad física e intelectual,
ejecutando instrucciones que los llevan a crear estos objetos de manera más o
menos precisa. Se caracteriza por tener una compensación preponderantemente
económica expresada por medio del dinero.
A
partir de cómo combinamos estos factores en nuestra vida, podemos ubicar cuál
de sus ejes nos motiva más. Desde ese lugar, observamos nuestra economía y el
papel que desempeñamos en la familia, la escuela, el empleo y la
comunidad.
¿Haces
lo que amas o amas lo que haces? Es una pregunta que nos pone a reflexionar en
varios sentidos. El primero de ellos nos invita a seguir nuestra vocación
y el segundo a valorar la oportunidad que la vida nos ha dado para desarrollar
alguna profesión (la que sea) que nos permita satisfacer nuestras necesidades
más elementales de crecimiento y subsistencia.
Es
aquí donde radica la diferencia entre la relación Dinero-Entregable y
Abundancia-Finalidad. El trabajo dentro de una empresa deja de ser una
transacción y se convierte en un espacio que posibilita la autorrealización y
la empresa obtiene beneficios intangibles que van más allá de los entregables
en un contrato. Hablamos de compromiso, creatividad, crecimiento, fidelidad y
pasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario