jueves, 23 de enero de 2014

Caso de éxito: Flomart


Ávidos de emprender con un negocio de comercialización de flores (una actividad que en México registra ventas anuales por $200 millones, según datos oficiales) Nancy Ortega y Jorge Pasalagua fundaron Flormart en 2006, en la Ciudad de México. Y se lo tomaron muy en serio, pues aunque cuando iniciaron la economía del país navegaba por aguas tranquilas, ellos prepararon un plan de negocios con escenarios económicos “aterrizados”. La idea era poder adaptarse a cualquier cambio que ocurriera en el contexto.

Los primeros pasos
A poco de iniciar el negocio, los emprendedores ya atendían a clientes en el Distrito Federal, Guadalajara, Cancún y Querétaro, entre otras ciudades. Luego llegó su primer cliente corporativo, Kraft de México. “Las empresas son como un concierto, si tocas una primera canción que les gusta, te pedirán más. Y eso pasó con Kraft, les encantó la forma de entrega y el precio, por lo que nos preguntaron si teníamos otros servicios”, recuerda Ortega.

Los emprendedores querían seguir creciendo y eso significaba que debían aumentar su productividad. Para ello, en 2008 tomaron el curso “Inicie su empresa” en Fundación ProEmpleo, una incubadora que da asesoría a emprendedores y microempresas. “Lo interesante es que si bien el curso dura un mes, las asesorías son continuas”, explica Pasalagua. “Si tienes dudas sobre cómo marchan tus finanzas o sientes que tus resultados no son los esperados, te ayudan a corregir el rumbo”.

La experiencia fue tan positiva que los emprendedores decidieron ir más allá e incubar su proyecto en ProEmpleo. El primer paso fue profesionalizar su plan de negocios. Luego fortalecieron su proyecto de florería “en línea” a través de su sitio www.flormart.com.mx, desarrollaron el concepto de ambientación de eventos sociales y espacios, y comenzaron a dar el servicio de mantenimiento a jardines y a comercializar insumos para esta actividad.

Una nueva etapa
Motivados por seguir creciendo y gracias a la recomendación de otros emprendedores, Ortega y Pasalagua se acercaron entonces al Instituto Mexiquense del Emprendedor (IME), organismo público del Estado de México que trabaja en conjunto con el Gobierno Federal, instituciones educativas y empresarios para financiar y capacitar proyectos de emprendedores y MiPymes. “Nuestro objetivo era continuar con la optimización de nuestro modelo de negocios, para así conseguir capital para crecer”, aclaran.

En agosto de 2008, Flormart obtuvo, por medio del IME, un financiamiento de capital semilla por $960,000, con un plazo de cuatro años para pagar y una tasa de interés del 6% anual. “No fue cuestión de suerte, sino de trabajo duro, pues en ProEmpleo nos ayudaron a depurar nuestro plan de negocios con proyecciones financieras sólidas. Así demostramos la rentabilidad de nuestra empresa, incluso en escenarios adversos como el actual”, enfatiza Pasalagua.


La clave está en mantenerse informado, ser cautelosos y reaccionar a tiempo. Por ejemplo, los emprendedores planeaban abrir un punto de venta para dejar de operar desde una oficina. Pero con la evolución de la economía en los últimos meses, decidieron posponer la idea. “Estamos pendientes, entre otros indicadores, de lo que sucede con la Bolsa Mexicana de Valores, la evolución de las tasas de interés y la cotización del dólar”, dicen. Pero, confiados en la solidez de su proyecto y atentos a las oportunidades que traen las crisis, los emprendedores siguen trabajando para fortalecer la operación del negocio.

Flormart da servicio a más de 15 clientes corporativos, como Kraft de México, El Palacio de Hierro, el Tec de Monterrey, la Cámara Nacional de la Industria Textil, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Hooters, y hoteles como Camino Real, Four Seasons, Habitat y Condesa DF.

“No descartamos la posibilidad de replicar el modelo de Flormart en otros estados y de abrir un punto de venta abierto al público. Pero esa decisión la tomaremos más adelante, por supuesto, previamente analizada con base en nuestra herramienta de trabajo clave, el plan de negocios”, aclaran. 

El ABC de un plan de negocios
A. En época de crisis, más que un proyecto vistoso, lo recomendable es plantear escenarios conservadores y, sobre todo, reales.

B. Los inversionistas se fijan en tu planeación y desglose de gastos. “No es lo mismo decir: quiero $100,000 para una barra de café, que especificar que necesitas el dinero para comprar un mostrador”, explica Norma Castillo, coordinadora de Incubadora de la Fundación ProEmpleo.

C. Para financiar un negocio, las instituciones buscan “proyectos de vida”, es decir, empresas con fundamentos administrativos, de finanzas y de mercadotecnia.



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