jueves, 9 de enero de 2014

Para pagar deudas de tarjeta de crédito ¿le pido a otro banco o a un familiar?

En términos de costos te puede convenir pedirle a un familiar o amigo. Tal vez te lo preste sin cobrarte o puedes acordar pagarle el 9% sobre el dinero que le debes, que es el interés legal para préstamos entre personas físicas de acuerdo al código civil federal.

Un interés de 0 o de 9% anual es mucho menor a los 25% a 72% anual de las tarjetas clásicas, pero más allá del costo, lo importante es que analices tu tren de gasto y te comprometas a pagarles a tiempo, porque los adeudos con los bancos se pueden reestructurar, pero las relaciones no tan fácil. También sería importante que bajes tus límites de crédito y que empieces a ahorrar. Si no, nunca vas a salir del círculo vicioso.

También puede presentarse una situación a la inversa, es decir, que algún conocido te pida dinero prestado y para ello sigue estos sencillos consejos que te presentamos a continuación:

1. Analiza si le estás prestando o regalando ese dinero. Si le regalas el dinero lo ayudas a salir de esa urgencia, pero no le estás haciendo mucho bien porque sabe que si maneja el crédito de forma irresponsable, habrá alguien que lo rescate.

2. Checa si realmente estás en condiciones de prestar el dinero y para qué se va a usar.

3. Verifica que esa persona haya encontrado la causa de su endeudamiento y que piense cambiar sus hábitos, si no, no hay garantía de que te lo regresen.
4. Acuerda los términos por escrito (fecha, monto, intereses) y de ser posible, que te firme un pagaré.

En México 37% de la gente usa únicamente crédito informal: recurre a amigos, familiares y hasta agiotistas. El 27.5% usa crédito de instituciones financieras y el 35.5%  combina el crédito informal con el formal.

Con eso nos queda claro que es altamente posible 
que alguna vez un familiar o amigo nos pida dinero o que seamos nosotros los que lo solicitemos. Y aunque siempre puede estar el deseo de ayudar, esto no significa que deban ser préstamos sin condiciones. También del otro lado, acuérdate que “crédito” en su origen significaba “confianza” y que pedirle a un familiar debe reflejarlo: que te importe tanto o más que si le pidieras al banco.












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