El ser un emprendedor joven es una época
emocionante de nuestras vidas cuando apenas estamos empezando y todo es
nuevo. Es un sentimiento increíble el tener toda tu vida y carrera por
adelante.
De
muchas formas, se aprende más en el primer empleo que a lo largo de la carrera. De hecho, se aprenden algunas lecciones fundamentales de la vida y
los negocios que han permanecido desde entonces. Aquí algunas lecciones importantes:
1. Haz del servicio al cliente la prioridad
Probablemente es lo más importante. Aprendes el valor de un buen servicio al cliente y cómo las relaciones que construyes pueden ayudarte a
crecer tu negocio y hacerlo más divertido. Aprendes a reír con ellos, a escuchar sus historias e inspirarles confianza. Estas emociones son casi iguales hoy en día.
También
aprendes a interactuar con los clientes, independientemente de su perfil
y preocupaciones. Saber adaptarse a cada situación es una lección de
vida que debes llevar todavía.
2. Sé sensible al resolver conflictos
No
creerías las cosas que las personas devuelven en una tienda de retail:
vestidos que claramente han sido usados y cortinas que ya perdieron el
color por el sol, por poner algunos ejemplos. Aprendes a resolver
conflictos de una forma que mantuviera la conversación cordial y ayudar a las personas a aceptar la palabra “no”.
3. Integra las comunicaciones on y off line
Aprendes las bases de integrar distintas partes del negocio y la
comunicación, trabajando simultáneamente en el call center, atención
personalizada y ventas por catálogo.
4. La apariencia importa
También
hice algo de modelaje en aquel entonces. Aprendí rápidamente que la
forma en que te vistes produce una impresión duradera en las personas y
afecta directamente cómo te tratarán. Me vestía un poco más agrandado
para mi edad, pero manteniendo la frescura. Ahora probablemente me visto
como alguien más joven, pero aún intento conservar la frescura.
5. Sé tu propia marca
Aunque no lo llamaba así en aquel entonces, estaba lanzando mi propia marca personal
y determinando qué quería de mi carrera, basándome en lo que me gustaba
y para lo que era bueno. Aprendí a ser fiel a ello y a mantenerme en un
camino consistente para que sucediera. Mi “marca” se estaba formando y
sigue siendo consistente en la actualidad.
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