1. Comunica los objetivos,
logros y estrategias
Informar los objetivos y estrategias
para determinado periodo dentro de tu empresa es lo primero que debes hacer
para llegar a las metas esperadas y que todo funciones correctamente. Así
podrás tener un mejor control de las acciones a realizar. Con ello si en algún
momento surgiera un cambio organizacional habrá menor resistencia.
El equipo debe tener un
motivador tangible que lo comprometa al logro de los objetivos. Lo recomendable
es generar incentivos asociados a la venta, ahorro y productividad que puedan
ser otorgados a corto plazo. Por ejemplo, una campaña de ahorro en insumos o un
premio por estándares de calidad. El arte de esto es analizar cuidadosamente
los indicadores individuales y de grupo y que se conviertan en algo redituable
para la compañía.
2. Genera cohesión entre
áreas mediante objetivos compartidos
Uno de los grandes errores
en las organizaciones es aislar los objetivos de las áreas. Esto hace que la
identidad y la búsqueda de resultados no sean como una empresa, sino más bien
como departamentos. Una recomendación es crear una campaña para que participe
personal de otras áreas para conseguir clientes, en ocasiones ellos tienen
redes de socialización que pueden favorecer a tus productos o servicios. Recuerda
premiarlos si ayudan a logro de los objetivos.
3. Promueve la
participación
No hay que dejar sólo en
manos de los líderes de la organización las estrategias o iniciativas. Existen
muchas respuestas e ideas valiosas en la gente que ejecuta. Por ejemplo, pueden
aportar nuevas maneras para optimizar tiempos, materiales y recursos. Incluso,
son los que más contacto tienen con el producto o servicio así como con los
clientes.
Siempre considera una
mentalidad ganar-ganar y dile a tu equipo que, en la medida que el negocio
crezca y genere mayor utilidad, también ellos se verán beneficiados.
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