Acortar
distancias y precios accesibles fue lo que motivo a Julio Fernández para crear
este servicio único en el mundo “Cinetransformer” sala de cine móvil, idea
innovadora que fue desarrollada y patentada en 1995, ya que querían cubrir con
la necesidad de ofrecer películas a zonas conurbanas y rurales que no disponían
de un cine cerca.
El concepto
consiste en un tráiler que se transforma en un cine móvil completo en menos de una
hora. Su equipo de ingenieros diseñó las unidades para acercar a todas las
facetas de la experiencia del cine, incluye 91 asientos tipo estadio, pantalla
de 14 pies, proyección en formatos 2D/3D, 4K DCI, sonido surround 5.1, baños,
vestíbulo, dulcería y mucho más.
Julio proviene
de una familia de productores de películas mexicanas, y su padre, Raúl
Fernández, dirige desde 1979 una empresa especializada en fabricación de
carrocerías y remolques, por ello, este emprendedor decidió rendir homenaje a
su tradición familiar con un negocio revolucionario “un cine capaz de ir a
cualquier parte.”
Una vez que el modelo se patentó, Julio tuvo que resolver una
serie de retos, ya que apostó por el formato digital. “Al principio, el riesgo
de la piratería que representa la utilización de este formato hizo dudar a los
estudios de cine. Por eso, mi hermano Raúl desarrolló un sistema de
encriptación para las películas”, cuenta el emprendedor.
Los últimos años han sido definitivos. Entre 1996 y 2009 sólo fabricaron
10 unidades, sorteando obstáculos económicos –crisis financieras y falta de
inversionistas–. Sin embargo, entre 2010 y 2011 crearon nueve salas móviles
más.
Hoy en día cuenta con
más de 24 unidades en EEUU, México, Brasil y continúa desarrollando nuevas
ubicaciones geográficas por todo el mundo.
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