Cómo causar una buena impresión a tus potenciales clientes

Conoce algunos consejos que los expertos en comunicación determinan como bueno para que puedas conquistar a clientes e inversionistas desde la primera cita

Si el tiempo es oro y lo es más aún para los emprendedores es que en pocos minutos deben convencer a posibles inversionistas o clientes de apostar por su negocio o proyecto, es decir, tener un contacto directo de persona a persona como una opción efectiva para lograr el cometido.

¿Pero cómo asegurarte de que estás enviando el mensaje correcto? ¿Cómo lograr que la gente te haga caso sin molestarla, aburrirla o confundirla?, algunos estudios dicen que la gente saca muchas conclusiones sobre un individuo con sólo mirarlo durante 10 segundos.

Por eso previo a presentar ante un posible inversor, cliente o socio, toma en cuenta estos puntos esenciales para causar una buena primera impresión:

Lenguaje corporal. No importa qué tipo de ropa uses o el nivel de presentación que hagas, si tienes una mala postura o una posición corporal negativa todo tu trabajo se puede venir abajo. Para proyectar una buena imagen:

1.- Cuando entres en una habitación “aduéñate” de tu espacio, plantando los pies con unos 15 o 20 centímetros de separación, uno ligeramente más adelante que el otro. No se trata de derrochar felicidad, sino de sentirse seguro y estar bien ubicado.

2.- Una ve establecido el contacto visual con la otra persona, una sonrisa puede crear un ambiente optimista y positivo. Pero lo más importante es mirar a los ojos a tu cliente el 85% del tiempo que dure la conversación. 

Esto te ayudará a ganar su confianza y demostrará que realmente estás interesado en lo que la otra persona tenga que decir. Evita bajar la mirada más allá del tabique de la nariz.

3.- Ten en mente una “tarjeta de presentación verbal”, es decir, un resumen rápido de 30 palabras que explique quién eres y lo que puedes hacer por tus clientes. Asegúrate que te recuerden por encima de otras personas que se dedican a lo mismo que tú.

4.- Evita cruzarte de brazos, bostezar, morderte los labios y jugar con plumas, lápices, etcétera. Todos estos movimientos envían señales contraproducentes como aburrimiento, ansiedad, resistencia a nuevas ideas y nerviosismo. Mantén una postura confiada y segura pero que no sea arrogante.