Comer
un dulce es un placer que muy pocos mexicanos pueden resistir. De acuerdo con
datos del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), el 90% de la
población los consume. Además, México se ubica como el primer consumidor de
golosinas en América Latina, donde cada año se comercializan más de 150,000
toneladas de este producto. El mercado principal está representado por niños y
jóvenes, aunque este producto va ganando mercado en personas mayores de 25 años
y en adultos de 30 a 40 años aproximadamente. Para aprovechar la tendencia de
consumo, Isaac Bessudo decidió emprender Sugarox, “estudio de caramelo” en
donde se diseñan y producen dulces de diferentes sabores y colores de forma
artesanal, conocidos como “rock candy”.
Este
emprendedor decidió capacitarse durante cuatro meses en una de las principales tiendas de
caramelos de Australia, donde aprendió la técnica para elaborar dulces con un
proceso artesanal. De regreso a México, montó su estudio en un centro comercial
ubicado al poniente del Distrito Federal, lugar visitado por personas de un
nivel económico medio-alto o alto, que estén dispuestos a pagar por la
experiencia de adquirir un dulce realizado con un proceso artesanal.
Sugarox
atiende también al mercado corporativo, ya que en sus productos se puede
incluir el nombre o logo de una empresa, siempre y cuando no sea demasiado
largo o incluya símbolos muy complicados. Para ello, cuenta con una división
que diseña y produce caramelos que pueden usarse como recuerdos de eventos
especiales.
A
poco tiempo de su apertura, la tienda ha tenido muy buena aceptación, sobre
todo, por parte de los adultos. Este público es el que ha mostrado más interés en
el proceso de fabricación y busca sabores y colores cada vez más diferenciados,
como una línea libre de azúcar. En un futuro cercano planea abrir otra
sucursal, sin perder nunca el toque personal.
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