Ávidos de emprender con un negocio de comercialización de flores (una
actividad que en México registra ventas anuales por $200 millones, según datos
oficiales) Nancy Ortega y Jorge Pasalagua fundaron Flormart en 2006, en la Ciudad de México. Y se lo tomaron muy en
serio, pues aunque cuando iniciaron la economía del país navegaba por aguas
tranquilas, ellos prepararon un plan de negocios con escenarios económicos
“aterrizados”. La idea era poder adaptarse a cualquier cambio que ocurriera en
el contexto.
Los primeros pasos
A poco de iniciar el negocio, los emprendedores ya
atendían a clientes en el Distrito Federal, Guadalajara, Cancún y Querétaro,
entre otras ciudades. Luego llegó su primer cliente corporativo, Kraft de México. “Las empresas
son como un concierto, si tocas una primera canción que les gusta, te pedirán
más. Y eso pasó con Kraft, les encantó la forma de entrega y el precio, por lo
que nos preguntaron si teníamos otros servicios”, recuerda Ortega.
Los emprendedores querían seguir creciendo y eso
significaba que debían aumentar su productividad. Para ello, en 2008 tomaron el
curso “Inicie su empresa” en Fundación
ProEmpleo, una incubadora que da asesoría a emprendedores y
microempresas. “Lo interesante es que si bien el curso dura un mes, las
asesorías son continuas”, explica Pasalagua. “Si tienes dudas sobre cómo
marchan tus finanzas o sientes que tus resultados no son los esperados, te
ayudan a corregir el rumbo”.
La experiencia fue tan positiva que los
emprendedores decidieron ir más allá e incubar su proyecto en ProEmpleo. El
primer paso fue profesionalizar su plan de negocios. Luego fortalecieron su
proyecto de florería “en línea” a través de su sitio www.flormart.com.mx,
desarrollaron el concepto de ambientación de eventos sociales y espacios, y
comenzaron a dar el servicio de mantenimiento a jardines y a comercializar
insumos para esta actividad.
Una nueva etapa
Motivados por seguir creciendo y gracias a la
recomendación de otros emprendedores, Ortega y Pasalagua se acercaron entonces
al Instituto Mexiquense del Emprendedor (IME), organismo
público del Estado de México que trabaja en conjunto con el Gobierno Federal,
instituciones educativas y empresarios para financiar y capacitar proyectos de
emprendedores y MiPymes. “Nuestro objetivo era continuar con la optimización de
nuestro modelo de negocios, para así conseguir capital para crecer”, aclaran.
En agosto de 2008, Flormart obtuvo, por medio del
IME, un financiamiento de capital semilla por $960,000, con un plazo de cuatro
años para pagar y una tasa de interés del 6% anual. “No fue cuestión de suerte,
sino de trabajo duro, pues en ProEmpleo nos ayudaron a depurar nuestro plan de
negocios con proyecciones financieras sólidas. Así demostramos la rentabilidad
de nuestra empresa, incluso en escenarios adversos como el actual”, enfatiza
Pasalagua.
La clave está en mantenerse
informado, ser cautelosos y reaccionar a tiempo. Por ejemplo, los
emprendedores planeaban abrir un punto de venta para dejar de operar desde una
oficina. Pero con la evolución de la economía en los últimos meses, decidieron
posponer la idea. “Estamos pendientes, entre otros indicadores, de lo que
sucede con la Bolsa Mexicana de Valores, la evolución de las tasas de interés y
la cotización del dólar”, dicen. Pero, confiados en la solidez de su proyecto y
atentos a las oportunidades que traen las crisis, los emprendedores siguen
trabajando para fortalecer la operación del negocio.
Flormart da servicio a más de 15 clientes
corporativos, como Kraft de México, El Palacio de Hierro, el Tec de Monterrey,
la Cámara Nacional de la Industria Textil, la Comisión Nacional de Derechos
Humanos, Hooters, y hoteles como Camino Real, Four Seasons, Habitat y Condesa
DF.
“No descartamos la posibilidad de replicar el
modelo de Flormart en otros estados y de abrir un punto de venta abierto al
público. Pero esa decisión la tomaremos más adelante, por supuesto, previamente
analizada con base en nuestra herramienta de trabajo clave, el plan de
negocios”, aclaran.
El ABC de un plan de negocios
A. En
época de crisis, más que un proyecto vistoso, lo recomendable es plantear
escenarios conservadores y, sobre todo, reales.
B. Los inversionistas se
fijan en tu planeación y desglose de gastos. “No es lo mismo decir: quiero
$100,000 para una barra de café, que especificar que necesitas el dinero para
comprar un mostrador”, explica Norma Castillo, coordinadora de Incubadora de la
Fundación ProEmpleo.
C. Para financiar un
negocio, las instituciones buscan “proyectos de vida”, es decir, empresas con
fundamentos administrativos, de finanzas y de mercadotecnia.